Solista: ¡Unaaa sardiiina! (Los demás, en eco): ¡Unaaa sardiiina!
!Yuuuuúngato! // (Eco) !Yuuuuúngato!
Seapos/taron // (Eco) Seapos/taron
La manera // (Eco) La manera
De meterse // (Eco) De meterse
Enuuuún zapato // (Eco) Enuuuún zapato
A la chi/chi chi/ chi guagua, // (Eco) A la chi/chi chi/ chi guagua,
a la guagua guagua chichi // (Eco) a la guagua guagua chichi
que lo repita // (Eco) que lo repita
la señoriiiíta /el señoriiiito... //// (Eco) a la señoriiiiíta /el señoriiiito...
[y aquí el nombre del interfecto]
[y repítase ad nauseam]
También cantábamos, cuando íbamos de pequeños de excursión a Madrid, la del elefante:
Un elefante se balanceaba / sobre la tela de una araña / como veía que no se caía / fue a llamar a otro elefante. Dos elefantes etc. [auméntese el número ad nauseam].
Las excursiones las montaba mi padre, que era el director de la escuela. Viajábamos los paletos de Castrojeriz a ver las maravillas de la capital. Un sitio donde íbamos siempre era el museo de cera: el torero con el toro que le mete un cuerno en un ojo, la familia Real, el crimen de la calle Correo. Acabábamos en el parque de atracciones.
Y he pensado, Irene, que te gustaría saber algo más de lo que cantaban tus tíos y tu madre más o menos a tu edad. No, no, por mucho que te empeñes, no voy a poner dibujitos con caras: soy muy mayor como para poner cosas así en un blog tan serio como este.
Nosotros también cantábamos eso en las excursiones...
ResponderEliminarMmmmm me gusta los de las maravillas de la capital.
En mi pueblo contiuaba: A la chi chi chi chi güagüa, a la güa güa güa güa chichi, que lo repíta la señoríta (o el señorito)... y aquí el nombre del interfecto en versión Péeeeeeeeepito.
ResponderEliminarY una vez mas empiezo el día sonriendo gracias a Compostela.
Meg
Muchísimas gracias, no me acordaba de ese final: lo voy a añadir en la entrada -con tu permiso-, Meg.
ResponderEliminar¿Y no torturabais al conductor cantándole aquello de: Para ser conductor de primera acelera, acelera... con el vino se engrasan las ruedas...? Aunque igual hoy se les ocurre cantarlo y les plantan un negativo en seguridad vial.
ResponderEliminarOtra muy dale que dale era esa de: Ahora que vamos despaacio... vamos a contar mentiras tralará...
por el mar corren las liebres...
Por lo visto, según leí no sé donde, las canciones de disparates son aún más antiguas que nosotros, y ya los niños de Roma cantaban "in mare poma nascunt et in arbore pescis..."
Es bonito ¿no? pensar que en el autocar último modelo los niños siguen cantando lo mismo que entonces... Aunque parece que últimamente se ha puesto de moda ponerles pelis para que no den la tabarra y se les desmanden. Es una pena, tu padre nunca lo habría consentido.
Muchas felicidades para Irene.