¡Oh tarde luminosa!
El aire está encantado.
La blanca cigüeña
dormita volando,
y las golondrinas se cruzan, tendidas
las alas agudas al viento dorado,
y en la tarde risueña se alejan
volando, soñando...
Y hay una que torna como la saeta,
las alas agudas tendidas al aire sombrío,
buscando su negro rincón del tejado.
La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y disforme, ¡tan disparatada!,
sobre el campanario.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Tendidas / las alas
Leyendo / releyendo a Antonio Machado (LXXVI; de SGOP):
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario