Como las últimas semanas lo miro todo con anteojeras bucólicas, todo me lleva a ese literaturizado redil; y el entorno ayuda, que el casco histórico es cerrado y pequeño y fuera la ciudadaldea se deshilacha en campo (al lado de mi Facultad picotean las gallinas), pero lo bucólico no te lo encuentras en el campo, que es una literatura de disfraces para hablar de lo de siempre.
Y en las doscientas primeras páginas de Troppo vero de Andrés Trapiello -tengo miedo de que se me acabe demasiado pronto, pero no consigo leerlo despacio-, además de descacharrarme al principio con la epifanía del extremeño en la zarza, me he emocionado con el relato maravilloso de sus días de Semana Santa con amigos: la alegría contada en un entorno rural, unas páginas admirablemente felices.
Y recoge ahí esos sonidos de esquilas que me han llevado a las esquilas reales que oía yo a los rebaños en Castrojeriz, porque se me habían debido de quedar grabadas en alguna parte de la memoria. Y aquí las literaturizo (porque las pongo en letras y por escrito): las esquilas de esos rebaños que levantaban una nube de polvo y dejaban en el suelo unas cagarrutas negras, cuando las llevaban a recogerse a las tenadas del barrio de la Colegiata.
Bueno, bueno bueno. Creo que voy a tener que comprarme por primera vez un diario de AT, porque me has despertado la envidia...
ResponderEliminarMe encanta la entrada. Yo también estoy en modo bucólico on.
¡Se deshilacha en campo! Qué barbaridad, qué fin de noviembre más inspirado. Estáis todos que os salís.
ResponderEliminarLa definición de lo bucólico, que es una literatura de disfraces para hablar de lo de siempre, es de antología.
Y las gallinas picoteando al lado de la Facultad piden a gritos foto, por favor por favor.
Ayer me compré al fin Troppo vero; ha sido tan larga la espera que ahora casi no me atrevo a empezarlo. ¿Qué haré cuando se me acabe?
ResponderEliminarMagnífica entrada. Te recomiendo que leas -si no los has leído ya- los cuentos de Aldecoa, cuyas descripciones del paisaje de Castilla son de lo mejor que he leído nunca: parece que está vivo! Y sí, habrá que leer "Troppo vero".
ResponderEliminarYo también estoy disfrutando "Troppo Vero" pero esa apración de la zarza tan cervantina, parece que en vez de moderarlo le ha afilado la lengua (véanse retratos de Cela, Umbral, el Alcalde de Madrid, etc, etc.)Hay muchos apuntes cómicos y algunos, como él mismo dice, inverosímiles (ver episodio mariposa).
ResponderEliminar¡Qué alegría poder compartirlo!
Tengo a la cola "Vidario"