viernes, 25 de septiembre de 2009

Stará Boleslav

Como en los cuentos y en los chistes, el hecho es que íbamos tres [coches]: el de delante con GPS, el del medio que seguía al de delante y nosotros cerrando, pero con un mapa.

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Conseguimos salir de Praga; en la autopista nos metimos por la primera salida de dos que había, porque parece que lo decía el GPS; hasta ahí todo bien, pero resultó que un puentecito a un kilómetro del destino estaba cortado. El GPS español se volvió loco, nos paramos a ver qué hacer y en esa conferencia entre 12 españoles perdidos en una carreterita checa, dos de mi coche aprovecharon para ir a mear (que así fue y era todo campo y no quiero adornarlo).
Y en el barullo -llovía a cántaros- los otros dos coches fueron y se fueron y nos dejaron tirados, sin capacidad de seguirles, que el conductor era uno de los que se habían alejado: pero en el pecado llevaban la penitencia, que el GPS enloquecido les dirigió de vuelta a Praga y cuando se dieron cuenta ya no tuvieron ánimos de volver.
Así que nos quedamos solos, como Hansel y Gretel, pero con mapa. No nos desanimamos: desanduvimos (je, qué verbo irregular) el camino y volvimos a la autopista y salimos por la siguiente salida y un kilómetro después estábamos en Stará Boleslav.

Y el esfuerzo era porque allí hay dos iglesias, una en la que se guarda el Paladión de Bohemia, una imagen de la Virgen que llevaba en el pecho san Wenceslao (se la había regalado su madre, santa Ludmila), cuando al ir a la iglesia (a la otra), en la fiesta de san Cosme y san Damián, su hermano Boleslao le mató así: aquí te pillo, aquí te mato. Supongo que podríamos dar todo tipo de explicaciones del hecho, históricas, socioeconómicas o psicológicas, pero el hecho es que lo mató y ahora tenemos a san Wenceslao (=Václav), patrón de la República Checa.
Y -aquí quería llegar- ahí irá Benedicto XVI, este lunes; llega mañana sábado a Praga para una visita de tres días.
Ante la imagen del Paladión, que protege a Bohemia, le rezamos a la Virgen los  cuatro que llegamos por los católicos checos en particular, tan pocos y tan machacados durante tanto tiempo, y por los checos en general.
Y a los que recéis, os pido que recéis por esta visita. Será una bendición seguro, aunque no parece que vaya a tener nada de espectacular o multitudinaria (para situarse: menos de un 1% de los habitantes de Praga va a misa; mejor será en Brno [pronúnciese Berno o Bruno, pero en todo caso sin forzar la vocal], capital de Moravia, cerca de Eslovaquia y Polonia).
Y para quien quiera ampliar, el programa oficial del viaje de B16, los textos litúrgicos [aquí el pdf: en checo cuando cantan o hablan los checos; y cuando el Papa, algo en italiano y mucho en latín: en alemán sería problemático que hablase el Papa y checo supongo que no sabe].
Y en la página web del Opus Dei -vamos a hacer publicidad- han colgado hoy una página muy buena, con un artículo tremendamente interesante de Tomaš Váňa sobre la República Checa y el catolicismo; y en particular sobre esta visita.
Y luego está la página oficial de la visita, en inglés por ejemplo (no en español), un poco sosona, todo hay que decirlo.

4 comentarios:

  1. No tenía ni idea de que En la Rep. Checa hubiera tan pocos católicos. Como país de tradición católica en el este de Europa, yo pensaba que la cosa era distinta. No como Polonia, claro, pero sí como Croacia, por ejemplo. ¿Sabes a qué se debe tanta indiferencia?

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  2. Bueno, la estadística es que hay un 26% de católicos, pero sobre todo en la región de Moravia, que se parece más a Eslovaquia y Polonia. Bohemia tiene una historia 'atormentada' (lo explica mejor el artículo de Tomaš Váňa que enlazo): los husitas primero, el nacionalismo antiaustriaco (que se tiñó de anticatólico), la 1ª república entre 1918 y 1938, con la creación de una iglesia nacional y todo tipo de medidas anticatólicas. Y luego el comunismo. Y ahora en la órbita de Alemania, más que de Polonia -esto en el terreno 'eclesiástico-teológico', si me explico bien.
    Pero vas por Praga y hay iglesias e imágenes por todas partes. Y los católicos que conocí en Praga (casi todos conversos) eran admirables. Y estoy seguro de que para los católicos de allí estos días van a ser una gran fiesta, aunque el resto del país casi ni se entere.

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  3. Pues muchas gracias por todos los datos. Ahora recuerdo que un amigo checo de Brno me explicó algo del impacto que tuvo lo de los hussitas y cómo todavía seguía vivo el tema. Por cierto, mi amigo sí que está muy contento con la visita del Papa. Abrazos.

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