martes, 29 de septiembre de 2009

Si resistimos

Yo soy tremendo partidario del sistema EGM de las cerezas, así que cuando recomendó el libro de Alfredo Félix-Díaz, Si resistimos, accesit del Adonais de este año, me lo apunté.
Luego resultó que Alfredo había estado en Santiago y que no llegamos a conocernos por que me mandó un email con la dirección mal copiada. Por suerte, de aquella confusión el resultado fue que me mandó su libro con una dedicatoria: Para Ángel, estos versos mexicanos. Yo enrojecí hasta las orejas al leerlo; en uno de mis periodos atiroideos hice en este blog una serie de entradas antimejicanas; es una de las cosas de las que más me avergüenzo (hace poco me lo recordó un amigo y me volví a  poner rojo).
Bien, borré todo aquello, pedí perdón y me quedó el deseo de poder hacer justicia a los mejicanos, si podía.
Y con este libro tengo motivos para estar contento: me ha gustado, lo he disfrutado. Aparte de los referentes clásicos -quiero decir, como siempre, clásicos grecolatinos- múltiples, a mí me gusta, tanto como a EGM, el poema 1928 sobre los cristeros; también otros de frontera o incluso algunos que no sé si son ¿tex-mex? o al menos se sitúan entre los USA y México.
Sobre todo me gustó descubrir influencias directas de Flannery -cuyo magisterio él reconoce expresamente-, la mejor en Aunque tarde:
Pongo todo a tus pies, Dios, aunque tarde

(...) luego me casé
con una más que resultó ser tuya
no mía y no soporto ver tu nombre
en su cuerpo; tatuado en su santísimo
cuerpo y en el grotesco, el imposible
amor que te profesa.
Si os acordáis de La espalda de Parker, pues eso.
Por poner alguna pega, el peligro del barroquismo, pero eso se cura con el tiempo, si uno es sensato, como lo es él.
Y del libro se pueden leer algunos poemas en Google Books.

3 comentarios:

  1. Off topic: Flannery está arrasando en esta votación.

    (ver http://www.nationalbook.org/nbafictionpoll.html)

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  2. Has dado en el clavo citando los dos mejores poemas del libro.
    Yo estuve en el fallo del premio y, como Alfredo no estaba, fue Julio Martínez Mesanza quien leyó el poema "aunque tarde": ¡fue emocionante oírlo por vez primera y encima recitado por alguien tan grande!

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  3. Sí que estaba al tanto de la votación, anónimo, pero gracias.
    Y me alegra, Adaldrida, coincidir con JMM: ya que no poeta yo, al menos que sepa llegar a apreciar la poesía como él.

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