La suscripción a The Economist fue una decepción, pero de la de First things estoy tremendamente contento: son artículos demasiado largos para leerlos en el ordenador, aunque la revista está en línea ahora entera.
Y os recomiendo vivamente el número de junio-julio, lo he disfrutado de principio a fin.
Y si fuera millonario, en vez de emisoras o proyectos de otro tipo, haría una edición española de esa revista, traduciendo bien los artículos, sólo eso.
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