Había una parada de metro, Piramide: y salimos y allí estaba esa tumba de un romano snob, una pirámide pequeñita. Y qué fascinación los griegos y romanos por Egipto: Roma está llena de obeliscos ('agujitas' literalmente; y ya puestos a elegir el mejor, el del elefantito de Bernini).Y resultó que el cementerio protestante estaba en la parte de atrás de la pirámide. Nos lo encontramos ya cerrado (esa manía en Roma de cerrar a las 5 o las 5:30), pero por un ventanuco, como una tronera, se veía la tumba de Shelley y la de Keats:

En la otra, la de la lira, es en la que pone: HERE LIES ONE WHOSE NAME WAS WRIT IN WATER.
Y yo no he leído nada ni de Keats ni de Shelley, pero qué ilusión me hizo ver aquellas tumbas.
A cada uno lo suyo: la foto con las dos lápidas la disparó Ángel.
ResponderEliminar¡Y qué rabia quedarnos sin pasar por entre las tumbas! Un motivo más para volver a Roma.
Muy interesante estas entradas de Roma y tu blog en su conjunto muy bueno.
ResponderEliminarComo me casé el día de Santiago tengo un especial afecto por Compostela.
También dentro de poco iré a Roma visitaré Roma y ya te contaré.
Un abrazo
Jesús
Me imagino que lo sabrás pero por si acaso te comento que el próximo 12 de Mayo sale a la venta la novela que me anunciaste de Trapiello "Los confines". Yo ya la tengo pedida en mi libreria y espero que podamos comentarlacomo trapiellologos de pro.
ResponderEliminarPues ya tienes deberes para este fin de semana: lectura de las odas a un ruiseñor y a una urna griega, de Keats. Su traducción te la dejamos para más adelante.
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