jueves, 5 de febrero de 2009

Hacia el centro (5 de 9)

En esos días en Madrid pude ver la iglesia de san José en Alcalá: bastante feúcha por dentro, con tanta cosa encima. El cura, que podría haber muerto en el altar como santo Tomás Beckett, pero de consunción -que apenas podía tenerse en pie- rezó contra el terrorismo de género (sic): ¡a dónde vamos a ir a parar!
Le tenía ganas también a la iglesia de san Antonio de los alemanes, que no pude ver con Antón la otra vez: y bien, vale: había frescos por todas partes de san Antonio, porque primero fue la iglesia de los portugueses, cuando pertenecían a la monarquía hispánica y contribuían a suavizarnos: ¡lo que perdimos cuando se independizaron! (la idea se la copio a Trapiello, de un artículo en Clarín). Tenía también el techo pintado de falso techo y reyes de los que vi tantos en AustriaHungría: san Esteban, san Hemerico, san Enrique, aquí junto a san Luis, san Fernando y san Hermenegildo.
Y acabé en la iglesia de san Martín, a rezarle a Alexia.
Y el sábado estuve en el Jesús de Medinaceli: fea, fea, fea la iglesia, barandillas de aluminio marrón, mármol de pescadería. Lo de los capuchinos debe de ser un carisma particular: para que no caigamos en la tentación platónica de intentar llegar a Dios por la belleza física (lo de Diotima en El banquete), Dios les destinó a mostrar que por la fealdad se llega también a Él (a contrario, todos los estetas se salvarían por serlo, y no parece). En Valladolid los capuchinos tienen la iglesia más fea y en Viena, rodeados de belleza, lo mismo: y allí es donde están enterrados los emperadores de Austria-Hungría, que muestran un genio de humildad final admirable.
En la entrada de la iglesia, dos vitrinas y en medio una ranura en la que ponía Jesús. Y en una vitrina una manguera y en la otra seis extintores: si hubiera tenido una cámara hubiera hecho una foto, la hubiera revelado a tamaño 2x2 metros y a Arco, a forrarme.

8 comentarios:

  1. Buenos días y con permiso. ¿Se puede?

    He venido a través de Suso Ares.

    Verdaderamente has estado en 2 de las iglesias más feas de Madrid, San José de Alcalá y Medinaceli, y mira que las tenemos feas en Madrid, antiguas y modernas, no sé cuáles peores.

    ¿Conoces las Descalzas Reales? ¿San Ginés? ¿La Encarnación? Lo digo para compensar la próxima vez...

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  2. Sí, conozco las Descalzas Reales, la Encarnación, san Ginés y me gustaron mucho. Me gustó mucho también san Plácido (te reenvío al enlace que he puesto a esta entrada, donde hablo de ello y a la etiqueta que pone 'Madrid' en el lateral derecho).
    Y me encanta Madrid, lo bello y lo feo todo junto.

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  3. Ángel tengo que reconocer que aún me sigo riendo con tu descripción de la iglesia de Jesús de Medinaceli "(...)mármol de pescadería"

    Un abrazo desde La Mancha, Álvaro

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  4. Comparto risas; también por lo de ARCO. Pena no haber podido acompañarte este fin de semana... :-)
    ¡Y gracias por ir enlazando los rollazos que cuelgo sobre mi viaje a Galicia!

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  5. Hola, Ángel, te hablo como habitante paleto de Madrid, al que le gusta mucho todo lo de Madrid, hasta la iglesia de Medinaceli. Tu descripción será muy exacta, pero me temo que algo incompleta: si sólo resaltas las cosas malas debe ser porque no has subido a ver la talla de Jesús, que se puede ver a todas horas. No es sólo un tema de piedad, la imagen es una maravilla, y quizá si te hubieras acercado habrías encontrado algo bueno que comentar de tu visita.

    Siento que tampoco te haya gustado mucho San Antonio de los Alemanes, que es -objetivamente hablando- una maravilla de la arquitectura barroca española.

    Cuídate.

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  6. Por cierto, ayer entré con mi hermana en San Ginés, que no había entrado nunca (ya me vale) y me gustó mucho, sobre todo la capilla con el santísimo. Y algo más: la inscripción de la entrada tiene mucho nivel: "aquí se bautizó Quevedo, se casó Lope y se enterró a Victoria". Casi nada.

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  7. Fernando, sí que subí al lado del Cristo; me gustan más las tallas 'castellanas' o mjeor dicho 'no vestidas'; de todos modos, no es que todo sea feo en esa iglesia: de hecho había una capilla antigua con una reja muy buena, pero mi tesis del mal gusto de los capuchinos se vio confirmada punto por punto. Yo en este blog doy impresiones personales, no soy el juez supremo que condena a muerte o salva la vida: hay que tomarse esto comentarios como notas de paso, sin gran trascendencia.
    Sí, Johan, tremendo sitio san Ginés.

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  8. Ja,ja, qué bueno. Me encanta lo de evitar el itinerario platónico para llegar a Dios. En algunas homilías pasa lo mismo...

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