viernes, 19 de septiembre de 2008

Santiago de El Bosco

La última visita a Viena tuve que elegir entre la Galería de Pintura de la Academia de Artes Plásticas (impresiona más en alemán: Gemäldegalerie der Akademie der bildenden Künste) y el Museo del Palacio Liechtenstein. En los dos había visto que había cuadros de Rubens, pero en la Galería de Pintura parecía que había más variedad y además perdí el tranvía, señal que inclinó la balanza a favor del pack Galería + colección de papiros + museo de Éfeso.

Y fui y no estaban los Rubens, se los habían llevado a Corea, maldita sea, otra vez como con las infantas de Velázquez del KHM. Va a haber que volver a Viena exprés a ver esos cuadros.

Y entré y había un cuadrito de Cranach el viejo que me gustó mucho, La pareja desigual, el anciano con expresión un poco ida y la novia joven que está metiendo la mano en la bolsa: poca sutileza de tema, pero qué buen retrato de la chica. Me gusta cada vez más Cranach, es muy bueno, como un poco torpe, pero muy bueno.

Y había en esa sala un tríptico muy bueno de El Bosco, que pagaba a pena. Yo, que tenía un gran recuerdo de las puertas de otro tríptico, el del Prado, lo rodeé y me encontré con una representación no exactamente en grisalla, sino como en blanco y negro de Santiago peregrino muy emocionante, con el santo encorvado y un paisaje prodigioso, japonés; unos maleantes al fondo están apaleando a otro peregrino. Y me alegro cada vez que veo a Santiago por Europa (y hay muchos Santiagos peregrinos en Eslovaquia, especialmente en Levoca, al este, que no pude visitar), pero esta representación me emocionó, tan indigente se le ve al pobre Santiago camino de Compostela, entre palos.


Y había un Murillo (¡cuánto me gusta Murillo, no puedo decir cuánto, cada vez más!) de dos niños jugando a los dados.

Y un retrato de Anton van Dyck: mi descubrimiento de este verano. Qué bueno, señor.



Y un retrato de una mujer de Rembrandt, como imperfecto, pero vivo, era magistral.


Y una vista de la isola Tiberina de un tal Jan var der Heyden, que me apunté, por abrir un poco las miras a lo ignoto.

Y acabé y no había Rubens y pregunté y se lo habían llevado a Corea y habían aprovechado porque al día siguiente iban a cerrar por obras la Galería, que se reabrirá en enero.

5 comentarios:

  1. Hubo un fallo; dejé el correo programado para que se publicara esta mañana y hoy me he encontrado que no había ninguna imagen: una tragedia, porque es una entrada en la que me limito a decir mucho ¡oh! y ¡ah! y a presumir de buen gusto.

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  2. Es un error fácil de enmendar: usa el windows live writer, con las imágenes y todo, programa ahí su publicación y saldrá, impecable.

    Si necesitas más ayuda, me pones un mail, sin problema.

    La imagen del apóstol te la pico, adecuadamente.

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  3. Pues qué quieres que te diga; ese Santiago peregrino seguro que sabe muy bien cómo defenderse con el pedazo cuchillo que lleva al cinto...
    Por cierto, como en el Jardín de las Delicias, para un pájaro que saca va y es una corneja cenicienta...

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  4. Coincido contigo en que me apasiona Murillo. Preciosa entrada.

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