martes, 4 de diciembre de 2007

Balbuceos

Mis pinitos poéticos (aquí y aquí) no me han hecho desistir; mejor dicho: ha sido la musa. Aquí una variación (¡en francés!) de los conocidos versos (¡y me salió sin pensar!):
Les livres
je les ai lus
presque tous
et la chair
(on m'a dit)
est triste.

4 comentarios:

  1. en français, oh là là ...
    Muy chulo, se echa de menos el hélas!, pero está muy logrado ce balbutiement.

    Que, ahora que lo digo, me recuerda una canción, que me parece que no era canción sino poema de Aragon, de Aragon el poeta, que decía algo así como "que serais-je sans toi que ce balbutiement". Estaba bien, creo recordar.

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  2. En efecto, Jean Ferrat musicó un bonito poema de Aragon titulado "Que serais-je sans toi?" en el que afirma no ser nada sin la persona amada: "un coeur au bois dormant" "cette heure arrêtée au cadran de la montre", "ce balbutiement". Pero el espíritu del poema es otro que el de Mallarmé, pues supone la glorificación de la relación con la persona amada, que aparece casi como un agente redentor, como refugio contra las injusticias y tristezas del mundo. A veces, cuando la carne es triste y uno ha leido ya todos los libros, sólo este amor puede reconciliarnos con la vida. Bonita la variación del poema.

    P.D. Mando enlace a un vídeo de la canción, para quien esté interesado. Es para mí el más bello poema de amor que existe:

    http://www.youtube.com/watch?v=OzyJsU9dIvI

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  3. Gracias por el enlace, Mónica. Qué precioso comentario y qué ilusión me hace que conozcas el poema y a Ferrat.
    Claro que es un poema bellísimo, como el otro de Aragon que, a mi parecer, lo complementa y que cantaba Brassens: "Il n'y a pas d'amour heureux", un profundísimo canto al amor-a pesar de (Y cómo decía Brassens eso de "ma déchirure, je te porte dans moi comme un oiseau blessé...").
    Creí que nadie cogería la pista, que por aquí la gente como mucho anda estrenando los cuarenta. Me alegra ver que no estoy tan desfasada como pensaba ; y es que unos añitos de nada (aquí el anfitrión podría ser un a modo de hermano pequeño) y, no siendo música clásica, las aficiones musicales ya no tienen nada que ver.
    Eso era: ni los libros, ni la carne, ni las evasiones viajeras del Sr. Mallarmé, sólo el amor nos salva, como tan bien dices.

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