Qué bien, lo ha hecho por nosotros Juaristi hace diez días: Guillermo Brown rescatado de esa teoría de Savater, repetida por Sánchez Dragó, de que era el perfecto anarquista.
Frases:
Y este final del artículo:
Frases:
[...] en este tercer año triunfal de la revolución de peluche? ¿Qué se nos ha perdido a ti [Fernando Savater] y a mí en la utopía oligocéltica y paganini de Suso de Toro, cuyos antepasados gobernaron míseras hordas palustres en remotas comarcas precristianas?
Y este final del artículo:
¿Cómo habríamos podido reconocer entonces en sus aventuras [las de Guillermo Brown] la Bildung del perfecto conservador? Y, sin embargo, así era. Tras cada episodio de transgresión y desorden, Guillermo aprendía a estimar el valor de la costumbre impugnada. Los dos sucesivos modelos en que se inspiró la tía Richmal, su hermano John y su sobrino Tom Disher, consumaron sendos destinos que habrían enaltecido a su trasunto literario. John Crompton sirvió en la RAF hasta 1943, cuando se retiró por invalidez. Escribió libros sobre caza (del zorro) e historia natural, y fue amigo de John Betjeman y Harold Nicolson. En cuanto a Disher, hizo una brillante carrera en el Ejército británico. A su manera, y a través de sus correlatos históricos, Guillermo Brown abandonó el viejo cobertizo y se batió en los cielos de Inglaterra por la continuidad de la civilización. Esa fue su contribución decisiva a la rebelión humana contra el tiempo y la más lograda tarea de nuestro héroe.
Veo bastante distantes los caracteres y la mentalidad de un conservador inglés y otro español. No en vano en estas islas son tan admirados los excéntricos y los agentes dobles, que combinan en diversa proporción completa fidelidad al modo de vida británico con una gran libertad en la manera de conducirse uno (¿Has leído ‘English eccentrics’, de Edith Sitwell, amiga de Waugh, según creo recordar?). Pocos ingleses dirán que se batieron por la civilización. Se batirían por el cricket, por la cerveza tibia o la caza del zorro. Eso suena más a retórica de origen alemán. Paralelamente, un excentrico inglés no es en absoluto un anarquista. Estos personajes, en las novelas inglesas suelen ser de origen extranjero.
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