Ayer puse el título de 'Perdido entre las rosas', pero no sabía de dónde lo había sacado. Al principio pensaba que de Luis Alberto de Cuenca y busqué aquí, pero no. Cuando estábamos en el jardín, con las hortensias prometiendo al fin flores y los rosales tejiendo coronas de rosas, me acordé de repente: era de un poema de Víctor Botas que luego busqué (es de Historia Antigua, de 1987); es éste:
Perdido entre las rosas
Apoyado en la barra
compruebo que están vivos:
....................................................citas
con muchachas que quiero
imaginar guapísimas,
......................................fugaces
miradas bleu de rimel
que no logro atrapar,
......................................los vasos
de cerveza o de vino
yendo de boca en boca…
............................................Cuánta envidia
me da de aquel Ulises
perdido entre las rosas
manos de la aventura.
.........................................Enciendo uno
de estos cigarrillos que no tienen
apenas nicotina: son muy buenos,
como todo lo mío.
................................Demasiado.
Apoyado en la barra
compruebo que están vivos:
....................................................citas
con muchachas que quiero
imaginar guapísimas,
......................................fugaces
miradas bleu de rimel
que no logro atrapar,
......................................los vasos
de cerveza o de vino
yendo de boca en boca…
............................................Cuánta envidia
me da de aquel Ulises
perdido entre las rosas
manos de la aventura.
.........................................Enciendo uno
de estos cigarrillos que no tienen
apenas nicotina: son muy buenos,
como todo lo mío.
................................Demasiado.
Podéis ver cómo reelabora lo de Homero de la 'aurora de dedos de rosa' en la 'aventura de manos de rosa' en la que se pierde Ulises, una manera preciosa, me parece, de explicar su sometimiento al destino, que lo trae y lo lleva.
Y no os perdáis los versos de Peñalosa que cb pone en el comentario anterior:
salió a cazar con red de silogismos
a Dios que sesteaba entre las rosas.
Que conste que Peñalosa era mexicano, eh. Ante todo, buen rollito.
Y de Víctor Botas, más aquí. Yo lo cité ya aquí.
Y aquí y aquí también.
ResponderEliminarMagníficos enlaces de Dal; y qué borgiana traducción, con aliteración y todo, de William Blake:
ResponderEliminarTigre, tigre, clara tea
que entre la selva flamea,
¿qué divinidad un día
trazó tu atroz simetría?
¿Sabe alguien quién fue el traductor?
No me contesto yo, ojo, sino Google, por el que me entero que es una versión del propio Botas, aunque la que dan es mucho más torpe y menos fiel al original.
ResponderEliminarArp, los versos de Peñalosa estaban citados de memoria. Son algo así, pero puede que no exactamente así.
ResponderEliminarQué alivio ayer lo del priamel en el Blog de Enrique, muchísimas gracias. Empecé a buscar el palabro un día que comentaba el poema "Preferencias" de Mesanza, y ya casi había desistido, como Baltanás de su epitafio animal.
¿Sabrías quizá, ya puestos y para que el descanso sea completo, cuál es el nombre de esa figura retórica, muy utilizada en la poesía amorosa como protesta de amor eterno, que consiste en enunciar un montón de situaciones imposibles que tendrían que pasar antes de que pudiera ocurrir X (donde X normalmente es el olvido)?
Propercio lo utiliza mucho, por ejemplo aquí:
Multa prius vasto labentur flumina ponto,/Annus et inversas duxerit ante vices,/Quam tua sub nostro mutetur pectore cura...
(Antes los ríos caudalosos resbalarán desde el vasto mar, y antes el año invertirá el orden de las estaciones, que mi cariño hacia ti se cambie en el fondo de mi corazón, etc, etc ...)
Un cable, please, que no duermo y no consigo contestarme como EGM.
Ojalá pudieran echarle un vistazo a este bello libro, que se me antoja esencial para lo que aquí, y en todas partes, despierta tanta emotividad: Ernesto de la Peña. La Rosa tranfigurada. México: Fondo de Cultura Económica, 1999.
ResponderEliminarSaludos y que todo vaya mejor.
Me temo, CB, que yo sólo soy capaz de contestar a mis propias preguntas, y no siempre. A ver si Arp...
ResponderEliminarpues yo la mano, después de tenerla levantada más de una semana por si acaso a alguien le diera por responderme, la tengo ya más bien morada. No me puedo creer que nadie se lo sepa. Venga hombre, alguien, que necesito saber cómo se llama lo de Proper; un poquito de caso, por favoooor...
ResponderEliminarMil perdones, cb: adynata / impossibilia en latín (supongo). Mañana hablaré de ello.
ResponderEliminar¡Adínaton! ¡Muchas, muchísimas gracias!
ResponderEliminarMe voy al manual de Retórica de Angel Romera (en la Red) y, entre otros ejemplos estupendos, de Lope, de Tirso, mira estos versos de Garcilaso:
"Materia diste al mundo d´speranza
d’alcanzar lo imposible y no pensado
y d’hacer juntar lo diferente..."
Y éstos de Aldana:
"Pues la impotencia misma que la tierra
tiene para obligar que le dé el cielo
llovida ambrosia en valle, en llano o en sierra;
o para producir flores el hielo
y plantas levantar de verde cima
desierto estéril y arenoso suelo;
tiene el alma mejor, de más estima,
para obligar que en ella gracia influya
el bien que a tanta alteza le sublima."
Eso es. Qué maravillosa figura. Ahora caigo en que la Historia de la Salvación es un adínaton en toda regla.
Mil gracias, más de un mes llevaba repasando listas en los manuales de retórica sin dar con ella.