miércoles, 4 de abril de 2007

De vuelta a Vitoria (V)

Está claro que la mejor zona para viajar en tren es la Meseta, sobre todo la tierra de Campos: Sahagún, Grijota, Palencia, Magaz, Villaquirán de los Infantes.
Ahí te puedes quedar tranquilo mirando las nubes desde abajo, los campos verdes, los pueblecitos, un pastor con ovejas. Me daba una gran alegría ver una línea de chopos, descubrir que los horizontes pueden ser amplios, ver los regatos y fantasear sobre las personas.
Me acordé de El tren, ese poema de Antonio Machado tan entrañable (sí, es la palabra):

El tren
Yo, para todo viaje
—siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera—,
voy ligero de equipaje.
Si es de noche, porque no
acostumbro a dormir yo,
y de día, por mirar
los arbolitos pasar
,
yo nunca duermo en el tren,
y, sin embargo, voy bien.
¡Este placer de alejarse!
Londres, Madrid, Ponferrada,
tan lindos... para marcharse.
Lo molesto es la llegada.
Luego, el tren, al caminar,
siempre nos hace soñar;
y casi, casi olvidamos
el jamelgo que montamos.
¡Oh, el pollino
que sabe bien el camino!
¿Dónde estamos?
¿Dónde todos nos bajamos? (...)

El tren camina y camina,
y la máquina resuella,
y tose con tos ferina.
¡Vamos en una centella!


He quitado de la mitad del poema la descripción de la monjita, que podría tener algo que ver (o a mí me hubiera gustado) con la que hice yo ayer del testigo de Jehová. Fijaos también en que Machado va por la misma vía que yo (¡Ponferrada!).

2 comentarios:

  1. Las "nubes desde abajo" es todo un guiño al tema Enriquesco de pasados días...

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  2. Grijota viene de Ecclesia alta, es de las pocas cosas que recuerdo del suplicio-asignatura de gramática histórica, y al llerte lo he recordado!

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