Cuaresma (I)

Sobrecogedor el Mensaje de Benedicto XVI sobre la Cuaresma; vuelve a lo que desarrolló en Deus Caritas est, como diciendo: por si no os habíais enterado de que -también en Cuaresma- lo central es el amor de Dios.
Entre el agapé y el eros, el amor de Dios que se da es ¡increíblemente! un amor que espera recibir:

Pero el amor de Dios es también eros. En el Antiguo Testamento el Creador del universo muestra hacia el pueblo que eligió una predilección que trasciende toda motivación humana. El profeta Oseas expresa esta pasión divina con imágenes audaces como la del amor de un hombre por una mujer adúltera (cf. Os 3, 1-3); Ezequiel, por su parte, hablando de la relación de Dios con el pueblo de Israel, no tiene miedo de usar un lenguaje ardiente y apasionado (cf. Ez 16, 1-22). Estos textos bíblicos indican que el eros forma parte del corazón de Dios: el Todopoderoso espera el «sí» de sus criaturas como un joven esposo el de su esposa.

Leeos los textos de Oseas y Ezequiel, que son la bomba. Y más sobre el eros:

Eros es —como dice el Pseudo Dionisio Areopagita— la fuerza «que hace que los amantes no lo sean de sí mismos, sino de aquellos a los que aman» (De divinis nominibus, IV, 13: PG 3, 712). ¿Qué mayor «eros loco» (N. Cabasilas, Vida en Cristo, 648) que el que impulsó al Hijo de Dios a unirse a nosotros hasta el punto de sufrir las consecuencias de nuestros delitos como si fueran propias?

Qué impresionante lo del 'eros loco'.

Para tener todos los textos de B16 en esta Cuaresma, esta página. Audiencia general, aquí. Misa del miércoles de ceniza, aquí.