martes, 5 de septiembre de 2006

Sobre Günter Grass

En los periódicos austriacos de aquellos días los temas estrella fueron la situación irregular de muchas personas del este que cuidan ancianos en Austria, las elecciones a director de la televisión pública (la ORF), el caso de la niña secuestrada (gran conmoción) y lo de Günter Grass.
Para los que tengáis interés por lo de Grass, lo mejor es ir a la información detallada que dio Alemania, economía, sociedad y derecho (uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis).
Varias cosas para resaltar:
1. Está claro que toda la parafernalia estaba dirigida a obtener publicidad y vender mejor el libro: a. Entrevista y adelanto en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. b. Repercusión en los medios. c. Libro que sale a la venta dos semanas antes y se agota.
2. El señor Günter Grass no tiene muy claro el concepto de objetividad. Aparte de que lo que cuenta es bastante vago, es nauseabunda su 'creación' de un encuentro con el futuro Benedicto XVI en el campo de prisioneros: lo describe como un jovencito que repetía frases en latín y estaba buscando hacer carrera eclesiástica, todo mentira, pero Grass utiliza los procedimientos de la ficción para mezclarlos con lo que deberían ser unas memorias (lo que vende como uns memorias). El pájaro es de cuidado y lo que hace es inmoral también desde el punto de vista literario. Y va el tío y titula el libro 'Pelando la cebolla'.
3. No es descabellado pensar que contó su relación con las Waffen-SS porque estaba a punto de saberse todo. La propia Marta Salazar había oído hablar de ello hace meses.
4. No os perdáis lo que cuenta Hermann Tertsch en El País sobre la presentación de ayer del libro. A mí me dijo un austriaco que por lo menos a partir de ahora se iban a librar de tenerlo como opinador compulsivo en todo tipo de temas, pero ya se ve que no.
5. Yo me compré en el aerouerto de Frankfurt la revista Der Spiegel (n. 34, 21.8.2006), no precisamente de derechas, que titulaba su portada: Der Blechtrommler (=el tamborilero de hojalata). Subtítulo: "Tardía confesión de un apóstol de la moral". En un largo artículo le pegan una paliza de campeonato, creo que bien merecida, porque el tío se ha dedicado a pontificar sobre todo lo divino y lo humano y ahora intenta zafarse, él que lo más cínico que hizo fue criticar a Kohl y Reagan por ir a un cementerio en el que también estaban enterrados soldados de la Waffen-SS (compañeros suyos). Algunas frases que entresaco:
p. 48: Reparte la carga de su pasado en el mayor número de espaldas que puede. (...) Parece que quiere llevar a más de 80 millones de personas a sesiones de terapia.
p. 55 El gran maniqueo Grass.
p. 58 Tenía una relación carente de compasión con la humanidad de los demás, sus defectos y equivocaciones.
p. 58 No se puede hablar sólo de silencio -como afirman los apologetas de Grass ahora-. Los llevó a todos por donde quiso, por ejemplo a su biógrafo Jürgs, que habló con él muchas horas sobre la época nazi y pudo oír 'admirables anécdotas e historias', pero no la desagradable verdad.
p. 58 La vaguedad es el principio estilístico de esta confesión vital, y donde se debería tratar sólo de la verdad y nada más que la verdad, comienza Grass así: "El que se acuerda sin precisión, algunas veces llega más cerca de la verdad a pasos cortos, incluso por caminos retorcidos".
p. 60 Continuamente se mezclan las reflexiones mundanas sobre técnicas de escritura en el relato, donde lo que se espera que se atenga a los hechos: cuándo, dónde, cómo, durante cuánto tiempo, por qué. Parece como que Grass quisiera hacer desaparecer las pistas en lugar de encontrarlas.

Bien, un santón menos.

1 comentario:

  1. totalmente de acuerdo en qque el momento fue elegido por el marketing editorial. con todo cariño y respeto creo que él sólo confiesa lo que a muchos les da verguenza: que es un hombre que estuvo sometido a sus circunstancias
    saludos

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