martes, 19 de septiembre de 2006

Magistral lección en Regensburg (IV)

Más lecturas: lo que comenta hoy Richard John Neuhaus. Entre otras cosas, una cita del libro de Étienne Gilson sobre un movimiento filosófico islámico que intentó (sin mucho éxito) una reflexión en la línea de lo que decía el Papa. Al menos da esperanzas de que algo así pueda volver a ocurrir en el Islam, a pesar de tantos pesares.
Pero sigamos con el texto de Regensburg:
Habíamos quedado en que la revelación de Dios en la fe cristiana se produce en un último estadio en relación con la filosofía griega.
Con Duns Escoto surge en la tradición cristiana un planteamiento 'voluntarista' (frente al intelectualismo agustiniano y tomista) que resalta la libertad de Dios de un modo que le parece cercano al Papa a lo que habían afirmado intelectuales islámicos (Ibn Hazn). Importante párrafo:
un Dios-Árbitro, que no está ligado ni siquiera a la verdad y al bien. La trascendencia y la diversidad de Dios se acentúan de una manera tan exagerada, que incluso nuestra razón, nuestro sentido de la verdad y del bien dejan de ser un espejo de Dios, cuyas posibilidades abismales permanecen para nosotros eternamente inalcanzables y escondidas tras sus decisiones efectivas.
Fijaos en lo de "nuestra razón ... espejo de Dios", que es la clave de la comprensión de la idea de razón (de lógos) en Dios. No es a la manera cartesiana: desde mi razón a Dios, sino al revés. Todo esto se ve 'a la luz de la fe bíblica', algo que supongo que no satisfará a algunos, pero así es lo que expone el Papa.
Y otro párrafo más:
En contraposición, la fe de la Iglesia se ha atenido siempre a la convicción de que entre Dios y nosotros, entre su eterno Espíritu creador y nuestra razón creada, existe una verdadera analogía, en la que ciertamente las desemejanzas son infinitamente más grandes que las semejanzas --como dice el Concilio Lateranense IV en 1215--, pero no por ello se llegan a abolir la analogía y su lenguaje.
La vía negativa, aunque muy importante (de Dios casi se puede decir mejor lo que no es que lo que es), no acaba en un callejón sin salida. Existe la analogía y podemos decir de Dios que tiene Logos (que la segunda persona es el Logos) y que ese logos y nuestro logos son la misma realidad.
Voy despacio, queda todavía la mitad, pero es que hay que leer esta lección con cuidado, que cae seguro en el examen.

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