Salgo de Galicia con prisa, a la espera del campo castellano en primavera. Hay una sucesión de verdes: muy verde todo en Galicia -un verde intenso, lavado, en los montes de Lugo, con matas en las laderas coloreando de rosa-, un verde más sucio en León, y el verde claro intenso que se disfruta a partir de Sahagún, cuando entras en la Tierra de Campos, la mía, esos campos abiertos que a muchos les parecen feos, pero que incluso los ciegos aman ahora, en primavera, con el trigo verde, aunque todavía no hay amapolas. El culmen es llegar al valle del río Cueza.
Me gusta el paisaje de mi tierra más que nada en el mundo.
Banda sonora cortesía de Radio 3: en Disco Grande grandes canciones en francés de un grupo español, Les très bien ensemble (canciones e información aquí), que han publicado su primer disco, después de muchos años de canciones sueltas. Ahora me acuerdo de otra canción que oí, de Fernando Márquez el zurdo (el de Para ti) y Carlos Berlanga (de los Pegamoides, que murió hace poco, otra víctima de la movida), cantada por un grupo de chicle-pop, que tanto me divierte: canciones voluntariamente intrascendentes, que curan de tanta música grandilocuente. Luego Duendeando (el programa de flamencos y pelícanos), pero perdía la emisora y me quedé a medias. Luego Toma 1, el programa de country.
Llegada a Burgos: mis sobrinas (y mi sobrino Diego dormido).
Y mientras escribo esto, la canción de Los elefantes, Que yo no lo sabía: bonita, pero no es la versión que cantan con Antonio Vega -y que no tengo, ay-: el cantante hace gorgoritos un poco aflamencados o barrocos en los pasajes que recuerdo que Antonio Vega cantaba con esa sobriedad y esa emoción que sólo tienen algunos: Billie Holiday, Edith Piaf.
Escribo otra vez aquí, entre tormentas, viendo que las camelias están dando las últimas boqueadas.
Me gusta el paisaje de mi tierra más que nada en el mundo.
Banda sonora cortesía de Radio 3: en Disco Grande grandes canciones en francés de un grupo español, Les très bien ensemble (canciones e información aquí), que han publicado su primer disco, después de muchos años de canciones sueltas. Ahora me acuerdo de otra canción que oí, de Fernando Márquez el zurdo (el de Para ti) y Carlos Berlanga (de los Pegamoides, que murió hace poco, otra víctima de la movida), cantada por un grupo de chicle-pop, que tanto me divierte: canciones voluntariamente intrascendentes, que curan de tanta música grandilocuente. Luego Duendeando (el programa de flamencos y pelícanos), pero perdía la emisora y me quedé a medias. Luego Toma 1, el programa de country.
Llegada a Burgos: mis sobrinas (y mi sobrino Diego dormido).
Y mientras escribo esto, la canción de Los elefantes, Que yo no lo sabía: bonita, pero no es la versión que cantan con Antonio Vega -y que no tengo, ay-: el cantante hace gorgoritos un poco aflamencados o barrocos en los pasajes que recuerdo que Antonio Vega cantaba con esa sobriedad y esa emoción que sólo tienen algunos: Billie Holiday, Edith Piaf.
Escribo otra vez aquí, entre tormentas, viendo que las camelias están dando las últimas boqueadas.
O teu post lembrame á Castela en primaveira plegada en verde e dourado. Sobre esta anotación imprescindible na túa etapa de blogueiro un crítico de El País podería escribir:
ResponderEliminar"ARP demuestra con su teclado un perfecto conocimiento de la poesía del Machado más castellano".
Por certo e trocando a literatura pola musica, onte a noite na miña radio soou "Y yo no lo sabía", pero coa sobriedade que lle da Antonio Vega.
Viva la Cueza.
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