He acabado el Diario portugués de Eliade con sentimientos encontrados: enorme admiración por su sabiduría, sorpresa ante la seguridad que tiene en sus propias cualidades, perplejidad por lo extraño de alguna de sus ideas, pero siempre interesante.
En el otro volumen cuenta de una visita a la basílica de Torcello (cerca de Venecia) en 1957:
He buscado en Google pero no he encontrado la escena; sí que había una con el demonio y el anticristo como un niño en sus rodillas: espero que no sea eso lo que vio Eliade, porque entonces la metedura de pata es gloriosa (seguiré informando). De todos modos, la intuición de Eliade es interesante, aunque confusa, y me cuesta creer que la escena sea fruto de la cultura popular (en la que creo muy poco). Todo esto, bien dicho, claro, profundo y emocionante en el comentario a Padre del Siglo Futuro, de Los nombres de Cristo del admirable fray Luis de León.La basílica de Torcello. Vuelvo incesantemente a esta sorprendente escena: Dios, con aspecto de abuelo y teniendo a Jesús en las rodillas mientras otros niños le tiran de los faldones de la túnica. Los niños somos nosotros, los hombres. Es como si no fuésemos criaturas de Dios, sino hijos suyos, engendrados por Él, aunque no directamente (ya que no es el padre sino nuestro abuelo), pero no menos sangre de su sangre. Aquí, Jesús no es todavía nuestro redentor sino un niño com nosotros, simplemente parece ser el favorito del abuelo, de Dios. Semejante visión no puede ser más que una creación del genio popular, y sólo cobra interés integrada en el universo de la cultura popular.
ja, estaría bueno... pero viendo las imágenes resulta difícil de creer semejante metedura de pata:
ResponderEliminarJuicio Final, en Torcello, detalle de Satanás con el Anticristo
Leyendo pa' trá'.
ResponderEliminarEntiendo más ahora.
Lo de las imágenes y lo del template.
A propósito, si entendí, eso del "abuelo" viene a cuento para el tema de Hernán de rezar al Padre o a la Trinidad...
La pregunta es: ¿cómo hacer para poner links en lso comments?
ResponderEliminar