Toma de posesión

Estuve en la toma de posesión de un montón de catedráticos y titulares de mi Universidad; por compromiso, claro, ya me hubiera gustado estar por ser uno del grupo de los elegidos.

Cada uno (y eran unos cien) tenía que jurar o prometer (en castellano o gallego) cumplir sus obligaciones, guardar lealtad al rey y cumplir y hacer cumplir la Constitución. Era todo muy aburrido y sólo le daba emoción intentar adivinar qué iba a hacer cada uno. Podías ver a uno que aparecía con vaqueros y decías "éste en gallego, va a prometer en vez de a jurar y se va a saltar la mención del rey", y te alegrabas si acertabas.

La mayoría lo hizo en gallego, más o menos la mitad juró y la otra mitad prometió y hubo dos o tres que se saltaron la mención del rey (en cambio dijeron lo de la Constitución) que al fin y al cabo fundamenta lo del rey, pero no es cosa de jugarse el sueldo de titular o catedrático por principios progresistas: en ningún credo revolucionario está previsto el martirio (al menos de los que tienen dinero).

Sólo una profesora fue original; dijo (en castellano): prometo y le añadió con la ayuda de Dios. Murmullo en los bancos: esta idiota qué se habrá creído.

Si alguna vez, en una conjunción de los astros inesperada, llego a ser titular, quizá me atreva a decir eso (o quizá no).