viernes, 24 de diciembre de 2004

Felicitación de Navidad


Fuge in Aegyptum et esto ibi usque dum dicam tibi (dicam tibi lo pone en la cartela que lleva el ángel): Huye a Egipto y quédate allí hasta que te lo diga. Es una foto (mía) de una de las portadas del convento de san Paio de Antealtares, aquí en Santiago y con ella quiero desearos muy feliz Navidad a todos.
La Navidad no es una fecha de alegría obligatoria: de hecho hay mucha gente que se siente triste estos días; yo antes no lo comprendía, pero ahora puedo entender esa tristeza de no estar alegres por decreto, porque se echa de menos a gente querida o porque añoramos la alegría de unas Navidades pasadas, que no van a volver a ser así porque lo diga el calendario. Así que os deseo a todos una Navidad muy feliz, un atisbo de la que celebraremos todos en el cielo, donde ya no habrá llanto ni dolor, donde la alegría no tendrá mezcla de tristeza, como aquí. Copio un poema de Lope de Vega donde se entremezclan la alegría y la pena (pero una pena que sabemos que al final será la alegría mayor, después de la muerte de ese niño de Belén):

Las pajas del pesebre,
niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Lloráis entre las pajas
de frío que tenéis,
hermoso niño mío,
y de calor también.

Dormid, cordero santo;
mi vida, no lloréis,
que si os escucha el lobo,
vendrá por vos, mi bien.

Dormid entre las pajas,
que aunque frías las veis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven
serán mañana espinas
en corona cruel.

Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sabéis,
palabras de pesar
en días de placer.

Que aunque tan grandes deudas
en pajas las cobréis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

Dejad el tierno llanto,
divino Emanüel,
que perlas entre pajas
se pierden sin por qué.

No piense vuestra madre,
que ya Jerusalén
previene sus dolores,
y llore con Joseph.

Que aunque pajas no sean
corona para rey,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.

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