domingo, 14 de noviembre de 2004

Tarde en Compostela

De camino vi a gente con pañuelos; una duda horrible agitó mi ánimo ¿sería la manifestación de Nunca máis por la tarde en vez de por la mañana? Después de estar en el café de la Conga entré en la exposición sobre el viaje que Cosme III de Medicis hizo a Santiago en 1688: quincallerías varias, algunos azulejos portugueses y árabes bonitos y un cuadro de Caravaggio, la estrella de la exposición: muy bueno, sobre el beso de Judas. Por allí se paseaba una señora con abrigo de visón y ¡encima del visón! una pegatina de Nunca máis. Me volví corriendo a casa, no fueran a confundirme con un bloqueiro.


Lo políticamente correcto en la Galicia de hoy (de La Voz de Galicia): la niña Celtia Sar [atención al nombre], hija de marineros de Muxía y que hace dos años remitió una carta al Congreso, pidió desde la tribuna «que na Xunta e en Madrid tomen medidas para que isto non volva suceder». «Pero sobre todo pedimos sentidiño, que o Goberno non deixe que pasen tan preto das nosas costas barcos tan perigosos, porque xa sabemos o que pode volver pasar». GUuugh.

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