jueves, 23 de septiembre de 2004

Violinista en el tejado

He vuelto a ver El violinista en tejado, después de muchos años: me ha gustado mucho otra vez, el argumento, la música, la ambientación, todo.
Hay momentos conmovedores, como la celebración del Sabbath o la boda. Es todo muy triste, porque se trata de reconstruir un mundo perdido, el de los judíos del este de Europa. La película se basa en las obras de Aleichem, al que me suena que he leído.
Al que sí que conozco bien es a Isaac Bashevis Singer; leo todo lo que puedo de él, aunque a mí me siguen pareciendo mejores los cuentos, su infancia en la aldea y en Varsovia; a partir de la adolescencia todo se estropea, como suele pasar. Fue un shock leer sus memorias, porque están llenas de amargura, cuando los cuentos son luminosos: su padre el rabino que se pasaba el día estudiando, su madre, sus hermanos, la gente que iba a su casa de la calle Krochmalna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario