domingo, 25 de abril de 2004

Por Fonseca

Ayer fui por el Obradoiro: gente intentando encontrar el cristal que rompió Ronaldinho, otros delante del mimo... y nadie miraba la(s) fachada(s). Me fui a la exposición Galitzia en Galicia: el de seguridad no me dejaba entrar porque decía que había un cupo de gente; le dije que era la primera vez que me pasaba eso en Fonseca, pero él perjuraba que siempre había sido así: hubo que explicarle amablemente ('nuevo talante') que nunca me había pasado eso en los montones de exposiciones que había visto allí.

Al fin entré y vi una exposición normalita, con algunas cosas que estaban bien. Lo mejor, la conversación de tres señoras de El Puerto de Santa María con otro de seguridad: sobre todo les habían gustado las flores del patio y estuvieron intercambiando información sobre los jazmines que plantaban; el de seguridad, no sé cómo, empezó a decir que había dejado la carrera de medicina el último año al ver morir a una señora embarazada; una de las gaditanas explicó que una hija suya había estudiado veterinaria y que había aprobado unas oposiciones de bibliotecas (parece, por lo que dijo, que la chica era muy estudiosa). ¿Será verdad lo del guardia? Como para hacer una novela.