Llevaba años con la idea de ponerme a leer esta novela; de hecho ya en 2010 mencionaba que la conocía medio por ósmosis, de tanto que había oído hablar de ella. Me había gustado otro libro de Golding, La lengua oculta, de ambiente griego, en torno a la Pitia de Delfos.
Bueno, pues la he leído y no me ha convencido nada.
Intentaré explicar por qué:
Sobre todo me ha agotado el modo de narrar, a base como de acotaciones de teatro y frases de diálogos excesivamente breves: yo estaba perdido muchas veces respecto a quién decía qué y dónde.
Todo está lleno además de indicaciones de dirección, que me agotan, porque mi imaginación espacial es nula: no conseguía hacerme una idea de cómo era la isla ni dónde estaban en cada momento y a dónde iban. Si hubiera visto el mapa que pongo aquí, quizá me hubiera aclarado un poco más:
Los personajes son más arquetipos que seres vivos, valen para la fábula que, por eso, es tan conocida y comentada. Me imagino que para clases de teoría política es un libro interesante, pero a mí me parece que como novela no funciona y mira que estaba bien dispuesto a lo que creía que era la tesis, la de una entropía que lleva a la vuelta al salvajismo, dadas una serie de condiciones.
Me ha parecido como que había varios manuales de antropología cultural de trasfondo. Otra cosa es que respondan a la realidad: yo el desarrollo de los acontecimientos no me lo consigo creer. Me horrorizo, pero no me creo que pudiera suceder como lo cuenta Golding. Quizá al final no sea tan realista político como creía y en realidad tengo una confianza excesiva en la naturaleza humana (salvada, eso sí).
Me ha decepcionado la presentación del mal. Ese Señor de las moscas del título, que podría haber sido una presencia tremenda y horrible, es más una proyección psicológica. Parece como que el autor no es capaz de reconocer la presencia del mal externo en un mundo, algo que viene de fuera y no es mera degeneración psicológica y social.
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