martes, 31 de diciembre de 2024

Fin de año 2024

Sigo leyendo sistemáticamente los Diarios de José Jiménez Lozano. 

Esto justo lo vi ayer y me gustó para ponerlo hoy, 38 años después:
Detrás de la niebla, en esta tarde del último día del año, el tintineo de las esquilas y el balido de corderos y cabritillos. Siempre parece que lloran -y, a veces, así es, desde luego, y del modo más lacerante- pero ahora se percibe bien que el rebaño vuelve contento y a paso rápido a casa.
El pastor lleva un transistor a todo volumen, y está oyendo una obra de teatro, un Auto de Navidad.
De repente, interrumpen la emisión para dar las noticias, y el pastor apaga el aparato o lo baja hasta hacerlo inaudible desde donde yo estoy, o por donde yo voy: no lejos de él, ni de su rebaño, sin embargo.
Me parece un gesto muy civilizado, refinado incluso, en el mundo en que vivimos (Segundo abecedario, anotación del 31 de diciembre de 1986, en Diarios I, 574).

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