No sé dónde me encontré esta versión cantada de Pied beauty de Hopkins, que es un poema que me gusta mucho. De hecho, he ido poniendo algunas versiones excelentes en este blog, a lo largo de los años.
Pero oídla. Me gustan mucho las imágenes de trashumancia que le han puesto:
Busqué el texto de esta canción en concreto y lo encontré en una entrada del blog del Marqués de Tamarón. Es una versión de Guillermo García Valdecasas:
Belleza maculada
Gloria a Dios por las cosas variopintas:
por los cielos cual reses berrendas, a dos tintas;
por la mota rosada que en la trucha que nada pinta pintas de antojo;
las caídas castañas, frescas ascuas al rojo;
las alas del pinzón; y las campañas ensambladas de partes: redil, labor, barbecho;
y todos los oficios con sus artes, su apero, su pertrecho.
Todo lo peregrino, singular; cuanto de raro y vario ha sido hecho
con modo de mudar, todo lo que motea (mas ¿a quién se le alcanza?)
con premura y templanza, acritud y dulzura; aquello que fulgura y que sombrea,
así lo engendra Aquél cuya hermosura se halla más allá de la mudanza:
.......................................................................................................................Loado sea
Gloria a Dios por las cosas manchadas,
por los cielos, lo mismo que una vaca, berrendos,
y el punteado rosa de la trucha en el río;
por esas frescas brasas que caen de los castaños; las alas del pinzón;
el paisaje, todo manchas y piezas; el redil, el barbecho, la besana;
y los oficios, con su tráfago y orden de equipos y poleas.
Todas las cosas, opuestas y primarias, extrañas y frugales,
todo lo que oscila abigarrado, o moteado tiembla (¿y quién sabría cómo?),
-rápido, lento; agrio, dulce; nítido, oscuro:
todo lo origina, lo procrea continuo. Él, belleza sin cambio.
Alabadle.
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