lunes, 26 de octubre de 2020

Longinos ciego (o cegato)

El otro día me enteré de que Longinos, el de la lanza (su nombre parece que viene de lonje λόγχη, "lanza"), figura que ha aunado el centurión que presidía la escena y el soldado que alanceó al Señor en la Cruz, aparece en parte de la tradición como ciego (o cegato): yo no daba crédito, pero así es. Le tendremos que echar la culpa a la Leyenda Dorada de Jacobo de la Vorágine, aunque seguro que la «idea» le viene de algún otro, que seguro que era amante de las historias milagrosas redondas: según esa versión, la sangre de Cristo, al tocar sus ojos, los curó. Yo estuve en la basílica de san Andrés de Mantua, donde se supone que hay algo de esa sangre, llevada allí por el propio Longino.

También me acordé del «mirarán al que traspasaron» (Jn 19.37), que parece que se lo saltan los inventores del episodio. Busqué y me encontré esto que escribió en 2007 Cristina Abad, a la que seguía entonces y que murió hace unos días: es más conmovedor todavía su texto leído ahora.

En la iglesia de las Ánimas me encontré a Longinos, mirando, pero para otro lado, en el momento en que están poniendo recta la cruz:

Creo que a partir de ahora voy a tener la tentación de mirar a ver si Longinos mira o no mira, en cada escena que me encuentre.

1 comentario:

  1. Impresiona lo de Cristina Abad, que recoge tan bien esas experiencia sevillanas, que yo he vivido como ella. Los oficios de la Caridad, el Cachorro, la Quinta Angustia, los Murillos...

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