viernes, 19 de abril de 2019

Muéveme

Han cantado las Carmelitas el Soneto a Cristo Crucificado, quizá de san Juan de Ávila:

No me mueve, mi Dios, para quererte 
el cielo que me tienes prometido; 
ni me mueve el infierno tan temido 
para dejar por eso de ofenderte. 

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte 
clavado en una cruz y escarnecido; 
muéveme ver tu cuerpo tan herido; 
muévenme tus afrentas y tu muerte. 

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera 
que aunque no hubiera cielo, yo te amara, 
y aunque no hubiera infierno, te temiera. 

No me tienes que dar porque te quiera, 
pues aunque cuanto espero no esperara, 
lo mismo que te quiero te quisiera. 

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