miércoles, 20 de junio de 2018

El viaje a Burgos 3



El sábado nos fuimos por la provincia. Ya hablé de cómo está el campo: por la carretera de Poza era como para hacer una película sólo con filmar los bordes de la carretera. Yo, desde que mi madre me señaló unos saúcos florecidos hace unos años, ya los reconozco y los iba señalando. Mi madre se fijó esta vez sobre todo en las madreselvas.
Y luego los pueblitos con nombres entre evocadores y metemiedo: Villayerno Morquillas, Riocerezo, Rublacedo (de Arriba y de Abajo), Temiño, Carcedo, Lences.
Al llegar allí, caí en la cuenta de que no había estado nunca en Poza de la Sal. Me sonaba a Félix Rodríguez de la Fuente y a las salinas, pero el hecho es que no, no había estado allí. Es un pueblo bonito, en la ladera de un diapiro (que resultó ser un inmenso cráter de 2,5 km y que tiene que ver con el hecho de que haya sal) y con un castillo poderoso arriba.
Para más gozo la iglesia estaba abierta y tenía dos retablos laterales del XVI muy bonitos y restaurados. Me puse a hacer fotos (para vosotros) y luego resultó que no se podía, pero ah, se siente.

Uno es de un seguidor de Bigarny:

















Esta es la circuncisión del Señor:




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