lunes, 16 de abril de 2018

Oración de Fernán González

Me impresionó mucho esta oración de Fernán González en un momento de especial dificultad en la batalla (547-555):
547 Era en fuerte cuita      el conde don Fernando,
iba, si se l’ ficiese,      su muerte aguisando [=preparando];
alzó al cielo los ojos      al Criador rogando,
com’ si fuese con Él,      así le está llamando:

[Empieza diciendo que no quiere escapar, que así se acabarán las penas. Y continúa]

549 Castiella, quebrantada,      quedará sin señor,
iré con esta rabia,      mesquino pecador; (...)

550 Señor, ¿por que nos tienes      a todos fuerte saña?;
por los nuestros pecados,     non estruyas [=destruyas] a España: (...)

551 Padre, Señor del mundo,      e vero Jesucriste:
de lo que me dijeron,      nada non me toviste:
que me acorrerías      comigo lo posiste [=propusiste, prometiste];
yo non te fallesciendo [=fallando],      Tú ¿por qué me falleciste? [=fallaste]

552 Señor, pues es el conde      de ti desamparado,
que por alguna cosa      eres d’él despagado,
rescibe tú, Señor,      en comienda [=en encomienda] el condado;
si non, sera aína [=pronto]     por suelo astragado [=arrastrado].

553 Pero yo non morré [=moriré]      así desamparado:
antes habrán de mi      los moros mal mercado [=negocio];
tal cosa fará antes      este cuerpo lazrado [=lacerado],
que, cuanto el mundo dure,     siempre será contado.
Me impresiona mucho la familiaridad que tiene con Dios, al que puede «como si estuviese con Él» hacer reproches, quejarse y al final aceptar su pena de que se pierda España perdiéndose Castilla y que eso pueda deberse a sus propios pecados. Parece consolarse un poco con la fama inmortal que recibirá su heroísmo, pero no, en realidad no.

Por suerte, la cosa no acaba ahí. El conde se salva y con él, Castilla y con él, España.

Como pasa con frecuencia en el poema, todos los episodios se replican después con alguna variación. En este caso, Fernán González es aherrojado por el rey de Navarra y esta es su oración entonces:
Fue luego don Fernando      en los fierros [=en los hierros, con grilletes] metido,
de grand pesar que hobo      cayó amortecido,
a cabo d’una pieza      tornó en su sentido,
dijo:«Señor del mundo,      ¿por que me has fallesçido? [=fallado]

Señor Dios, si quisieres      que fuese aventurado,
que a mí los navarros      me fallasen armado,
aquesto te ternía     a merced e a grado,
e por esto me tengo       de ti desamparado.

Si fuesses Tú en la tierra,     serías de mi rebtado [=retado];
nunca fiz por que fuese      de ti desamparado,
morré [=moriré]  de mala guisa     como omne de mal fado [=hombre malhadado]:
si yo pesar te fice,     bien debes ser vengado.» (600-602)
«Si estuvieses en la tierra, serías retado por mí», le dice a Jesús, nada menos, aunque en el último verso plantea que pudiera ser él el que le «hizo pesar» y por eso debía ser vengado.

Por suerte, también sale de esa, gracias a la infanta doña Sancha, con la que se acaba casando.

2 comentarios:

  1. Recuerda a Job, y a Jacob en su lucha con el Ángel.

    Y a mío Cid Ruy Díaz:

    De los sos ojos tan fuertemientre llorando,
    tornava la cabeça e estávalos catando.
    Vio puertas abiertas e uços sin cañados,
    alcándaras vazías, sin pielles e sin mantos,
    e sin falcones e sin
    adtores mudados.
    Sospiró mio Cid, ca mucho avié grandes cuidados,
    fabló mio Cid bien e tan mesurado:
    — ¡Grado a ti, Señor, Padre que estás en alto!
    ¡Esto me an buelto mios enemigos malos!

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