viernes, 5 de enero de 2018

Por el norte de Palencia

De Burgos, Aguilar de Campoo queda a unos setenta kilómetros. Por allí fuimos un día, que comenzó con nieblas pero resultó perfecto: paisaje invernal iluminado por un sol plateado y con nubes de acompañamiento al fondo. Hacía frío, pero en los trayectos de coche el sol nos calentaba: una delicia.
Primero paramos en santa María de Mave, que por fuera no impresionaba mucho, pero qué tremendo fue verla por dentro (más información aquí y aquí).
Es una iglesia románica de transición, muy austera (al menos ahora), con capiteles vegetales muy estilizados. Es el lugar ideal para bodas de los que dicen que no se casarían más que en una iglesia románica perdida (ahora pertenece a un hotel, así que está el pack completo, aunque cierran en invierno).

La cúpula central:


La cabecera, aprovechando las piedras rojas para hacer juegos de colores:


Un capitel:


La nave era así muy solemne, muy elegante, muy proporcionada:


De allí marchamos a san Andrés de Arroyo, monasterio de monjas cistercienses que nos encontramos cerrado a las visitas, aunque por suerte el patio estaba abierto y pudimos ver el rollo jurisdiccional, las casas del patio y la iglesia por fuera. Nos quedamos sin ver la famosa columna, pero nos mereció la pena aunque sólo fuera por el paisaje, con las montañas del norte de Palencia nevadas al fondo, como en los belenes.

Y de allí a Moarves, que resultó ser la guinda del pastel, un pueblecito con una portada simplemente espectacular. Nos abrió un señor que tenía la casa enfrente, con este escudo de los Calderón y la siguiente inscripción: De esta raíz los Calderones descienden por recta ley, con la fe de los mayores, sirviendo a Dios y a su rey, 1641.


[todos los datos del escudo, aquí]

De la iglesia, os remito a esto tan bien explicado y a esta serie admirable de fotos.
La portada me recordó una barbaridad a cosas de Santiago. Es un pantocrátor rodeado del tetramorfos y con doce apóstoles.



Para los detalles, acudo a estas tres fotos de la wikipedia:






En los capiteles de debajo hay, aunque un poco estropeadas, escenas variadas: aquí una pareja abrazada, dos matando un león y alguien, quizá David, tocando una especie de viola.


A continuación del de la viola, unas contorsionistas y luego otro músico con un plectro:


Mirad cómo desjarreta (quizá) Sansón la mandíbula del león:


El de la viola:


Las contorsionistas:


El del plectro:


Hojas y dos guerreros:


En el medio, dos que llevan un animal muerto:


Al final, dos ancianos abrazados. El señor que nos abrió veía el principio (la pareja joven) en paralelo con este final. En medio, la vida humana. No me pareció mala explicación:


Fue una delicia. El Señor era muy amable, muy sensato y muy atinado. Nos enseñó una pila bautismal muy interesante también.

De allí a Saldaña, al Bodegón, que ya conocíamos y donde comimos muy bien a cuenta de Marga, que nos quería invitar. Por la tarde nos acercamos a La Olmeda y fue todo un día redondo.

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