jueves, 14 de diciembre de 2017

Jerusalén 26 - Experiencias del desierto 2 - Masada

Salimos, decía, de Jerusalén a primera hora, muy temprano, para estar en Masada pronto, porque a partir de las diez de la mañana aquello es un horno.
En el camino pasamos al lado de Engadi (Racimo de flores de alheña en las viñas de Engadi / Es para mí mi amado, dice el Cantar de los Cantares, 1.14) y costaba siquiera plantearse que por allí pudiera crecer nada, no digo ya viñas.
Enfrente veíamos el mar Muerto, tremendo azul metálico y el grado cero de la luna en la tierra.
También nos señalaron por allí las cuevas de Qunran. Era todo muy interesante desde el microbús, con el aire acondicionado puesto.

Masada yo no sabía si me iba a interesar. Luego comprobé que sí, que era impresionante. Es un must, esa meseta aislada en un monte elevado, un lugar desde donde hacer la defensa numantina que acabó como todas las defensas numantinas, como el rosario de la Aurora.

Se subía por un funicular muy chulo, En esta foto se ve el camino en zigzag (el «camino de serpiente»), que ya estaba prohibido a las nueve de la mañana, por peligro de muerte por insolación para el que lo intentara seguir:


Incluso ahora me agobia ver esas vistas de la sequedad absoluta


Los dos caminos enmarcan el triángulo de la rampa por la que entraron los romanos:


En un extremo se abría al desierto y al Mar Muerto en terrazas. A la mitad estaba el palacio de Herodes:


Mis fotos no le hacen justicia ni de lejos al sitio, así que tiro de wikipedia:

Aquí veis bien los palacios de Herodes:


Y aquí la rampa romana de tierra se ve de maravilla:


Esta otra foto tampoco es manca:


Y esta:

2 comentarios:

  1. Qué alucine, lo de hacer una rampa de tierra para subir con ¿comodidad? a lo alto de una montaña... resulta tan emocionante pensarlo que es una pena que semejante esfuerzo se hiciese para la guerra.

    La zona me resulta demasiado desértica incluso para ser un desierto ¡qué pasmo de peña seca! Quiero pensar que en tiempos de las viñas de Engadi llovía más, y habían pasado menos milenios de cabras pastando y neolíticos metiendo fuego al matorral...

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    1. La rampa es muy chula, sí. Los romanos, qué constancia tenían.
      Lo de la sequedad es también por la de sales que tiene el Mar Muerto, creo. Es tremendo el paisaje: ahí si que se puede hacer la "experiencia de desierto".

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