lunes, 13 de marzo de 2017

A twitch upon the thread

San Juan de Ávila nos consuela haciéndonos saber que Dios nos reclama, como el pescador que tira del hilo de Chesterton (y Waugh). Fijaos también en lo de que Dios es madre (este sermón fue en un monasterio de monjas):
Mostróle Dios una vez al profeta Hieremías la perdición del mundo y los males que había en él, y juntamente en esto, mostróle que había de enviar Dios una Palabra al mundo por la cual se había de remediar, y muchos que estuviesen presos por el demonio en males y pecados, fuesen libres. De esto fue el profeta muy alegre, viendo que los males y pecados del mundo habían de ser remediados, y dice: Perdix fovet quae non peperit, facit divitias, sed non in iudicio; in medio dierum [suorum] derelinquet eas. «La perdiz cría y ceba lo que no parió; allega riquezas para sí, y no en juicio; en medio de sus días las dejará (cf. Jer. 17.11). Dice que la perdiz que no tiene güevos, la que es estéril, que no pare, va adonde las otras perdices tienen sus huevos y pone sobre ellos; quítaselos a las otras y sácalos, y después de sacarlos, como los perdigoncitos oyen cantar a su madre natural, a la que puso los huevos, desamparan a la que los sacó, que era madre falsa, y vanse tras su madre verdadera. Madre falsa es el demonio, madre engañosa. Hermano, Dios es tu padre, Dios es madre, Él te crió, Él te parió, hurtado te tiene el demonio, cébate con los engañosos deleites, tráete engañado con sus falsedades, pero cuando suena la voz de la verdadera madre, cuando vino aquella voz del Padre, el Verbo encarnado, oyeron los hombres su verdadera madre. Oyeron al que los crió, oyeron al que los había criado, y desampararon al demonio y sus engaños; conocieron la voz de su verdadero Padre, conociéronle y siguiéronle (3.1038.4).
Y lo de los perdigoncitos ya lo había citado en breve en otro lugar, pero lo releo y creo que merece la pena copiarlo entero, también porque se ve a san Juan de Ávila haciendo el esquema, esas notas suyas, los "etc.", las anotaciones para sí mismo en latín: (explica cum proprietate perdicis = "explica con la propiedad de la perdiz" / quomodo etiam = "como también") y a la vez recreando una conversación posible con gran viveza:
Perdix fovet pullos (Explica cum proprietate perdicis). Perdix fovet quae non peperit, facit divitias, sed non in iudicio; in medio dierum [suorum] derelinquet eas.
(cf. Jer 17.11). Quomodo etiam los perdigoncitos grandes reclama la propria madre y en el canto conócenla y dejan la ajena. Veis cómo en la mitad de sus años la desampararon etc. -¿Qué esto? Di, hermano: Si estás en ofensa de Dios, ¿debajo de cúya mano estás? Debajo la perdiz que tiene lo que no parió. No te engañe nadie; no te crió ni te engendró el demonio. Dios te crió. -Pues, ¿cómo me tiene el demonio? -Eso, ¿sabes por qué? Porque, criándote Dios, comes manjares del demonio, pues que te crías, riges y gobiernas al sabor del demonio. Eres tú peor que los hijos de la perdiz. ¿No conocerás, en la voz que te da, tu propio Señor que te crió y te sustenta y te da y conserva la vida que tienes? Si te ha engañado el demonio, no pases delante. Mira la voz de Dios, que es tu legítimo Padre y que te llama con entrañas enfinecidas del amor, esperándote a que vayas a Él, abiertas las alas de su misericordia para cubrirte, etc.

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