martes, 19 de abril de 2016

Más de lo de ayer

Ayer no sé si expliqué bien lo que quería decir. La literatura no es que no sea solo una fermosa cobertura; ni pura retórica, es que sobre todo no puede ser la losa blanca que tapa el hedor del cadáver. Algo de eso creo que quería decir -de modo bastante torpe- este artículo con el que topé hace unos días, de La Nueva España (en los dos últimos párrafos ya desbarra, pero bueno):

10 comentarios:

  1. Interesantes ideas las del profesor Jesús G. Maestro, que nos trae este señor. En librerías, la introducción a la literatura comparada del profesor Darío Villanueva (et al.). Prometedor para aprender y meditar. Me gusta lo que dice en el prefacio, que la literatura comparada ampara científicamente algunas de las intuiciones que tenemos como lectores comunes.

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  2. "Fermosa cobertura" o "losa blanca", ambas ideas sufren, a mi parecer, de la misma limitación: la idea de que la literatura es algo que sirve para, digamos, "vestir", bien o mal, algo que podría presentarse igualmente sin esa vestidura. No es así como yo veo el asunto. ¿De qué es "vestidura", que pudiera presentarse sin ella, el texto del "Quijote"? ¿De qué, la poesía de Dante, o de Garcilaso? Tal como yo lo veo, y resumiendo hasta un extremo francamente inaceptable algo mucho más complejo, la poesía, la literatura y el arte en general no son sino variedades de un modo de conocimiento propio, no reductible en esencia al filosófico o al científico, que son otros dos que se me ocurren. En este último, tenemos el conocimiento de lo que puede medirse, la visión de lo real sub specie numérica o matemática; en el anterior, el conocimiento especulativo, la reflexión teórica sobre la realidad. En el artístico se trata de otra cosa: del conocimiento cuya base es la emoción, la reacción cordial -no discursiva o teórica- frente a las cosas. A partir de él puede erguirse la construcción racional, teórica, que se desee, pero es un camino propio, sustancialmente independiente de los otros dos. No es una ciencia o una filosofía insuficiente o menor o manqué, como parecería sugerirlo la frase de Thibon que una lectora citaba ayer, y como no son arte o literatura o poesía insuficientes la filosofía o la ciencia: es otra cosa. No verlo así es, me parece, incomprenderlo esencialmente.

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    1. Muchas gracias por ese comentario tan atinado, Anónimo. Eso es lo que quería discutir con lo de la "fermosa cobertura": el hecho es que el texto del Marques de Santillana me sorprendió para bien.
      He puesto el artículo de Neira porque sirve para polarizar la cuestión, que no es polarizable de hecho, pero así se puede discutir. En relaidad es un artículo con muchos fallos, pero lo veo con simpatía por ese amor al exabrupto que me reconozco yo en mí tanto.

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    2. Bravo, querido amigo.
      Desde luego muy poco afortunado el comentario de Thibon, si es que fuera suyo. Como si la filosofía supiera dónde llega.
      Así es, se trata de otra cosa. Cada cosa es una cosa, puede que ese sea el problema. El retorno imposible al jardín de rosas.
      ¿Qué hacen que no estás tú poniendo un poco de orden en ese curso veraniego?

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  3. "La poesía es una aventura hacia lo absoluto."
    (P. Salinas)

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  4. Tampoco puede erigirse en absoluto la forma lingüística. Lo literario es un equilibrio de ideas puestas en palabras (palabras de un idioma histórico concreto), pero la gran visión literaria trasciende frontera. De otro modo no podríamos explicarnos por qué se logra traducir, y comprender traducido al profeta Isaías, o bien, por ejemplo, cómo logramos leer y entender a Wisława Szymborska (los españoles que no sabemos polacos). Y de paso anoto que Wisława Szymborska era traductora de poesías... (por algo sería).

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    1. La gran poesía es intraducible. El "Cántico espiritual" en francés, por ejemplo, es trivial. O la "Oda a Salinas" de Fray Luis. O los mejores sonetos de Quevedo ("polvo será, mas polvo enamorado" - "poussière aussi, mais poussière amoureuse."). O los mejores poemas de Lorca, Neruda, Vallejo o Borges.

      Como Verlaine, Mallarmé, Baudelaire, Rimbaud o St.J.Perse en español.

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    2. Habría que precisar que la poesía es traducible, aunque los idiomatismos no lo sean en absoluto. El Cántico espiritual, que Pablo pone como ejemplo, sin duda es intraducible según su gracia y delicadeza de expresión en castellano... Pero no hay que olvidar que es en sí mismo, una versión del Canticum Canticorum... Hay quien dice que la traducción es imposible o utópica, y hay quien subraya que toda la literatura (y la misma filosofía) es esencialmente traducción, es decir, tradición o transmisión de ideas e intuiciones de unas lenguas a otras.

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  5. La traducción de poesía es imposible. También es imprescindible. Áteme usted esa mosca por el rabo. (Algunos lo han hecho, y de maravilla; por ejemplo, Mujica Láinez con los sonetos de Shakespeare, con 49 de los 154 sonetos de Shakespeare).

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  6. Exactamente. Un gran poeta poeta puede "recrear" poemas de otro poeta si conoce bien su lengua, como Fray Luis de León hizo con algunas odas de Horacio o Juan Ramón Jiménez con textos de Tagore, pero no traducir el sonido y el sentido a la vez de un poema.

    ¿Cómo traducir, por ejemplo, el "y déjame muriendo / un no sé qué que quedan balbuciendo" de San Juan de la Cruz? En francés, "et mourante je demeure / d'un je ne sais quoi par eux balbutié" (traducción del R.P. Cyprien de la Nativité de la Vierge). O "mais ce qui me laisse mourante / c'est un je ne sais quoi qu'ils sont à balbutier" (traducción del R.P. Grégoire de Saint Joseph). Y en inglés: "and something leaves me dying, /I know not what, of which they are darkly speaking" (traducción de David Lewis).

    ¿Qué queda de ese célebre verso del "Cántico" una vez traducido? Poca cosa...

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