miércoles, 20 de mayo de 2015

¿Resurgimiento católico?

Vi el título, El resurgimiento católico en la literatura europea moderna (1890-1945), y además en Encuentro y me preparé para una fiesta. Pero tras leerlo, entre fogonazos de reconocimiento (pocos) lo que me quedó fue una sensación de frustración grande.
He pasado varios meses pensando si escribir sobre el libro aquí o no. Es ambicioso (pero al final se la pega), bien escrito (pero ese oficio de buen escritor acaba siendo peor, porque esconde la falta de profundidad de algunas partes), ordenado (pero con un orden demasiado artificial, que intenta, a partir de analogías y polaridades, crear un castillo que acaba siendo de palillos o naipes: opone figuras polarmente -p. ej. "Claudel malo / Gide bueno", acude a atajos, despachando por ejemplo a Waugh o Hopkins con la etiqueta 'homosexualidad'. Y lo escribe alguien, Enrique Sánchez Costa, muy joven (no llega a 30 años), con conocimientos generales, pero falta de lecturas, de serenidad, de ponderación y de profundidad: sus estudios de Humanidades quedan aquí -y estoy seguro que es uno de sus mejores alumnos, seguro- queda aquí, digo, en entredicho: el acercamiento es demasiado generalista.
Quizá todo se deba a que esto procede de una tesis doctoral (pero no se puede consultar el original, especialmente los capítulos iniciales, que no están en el libro) bajo la dirección de un profesor con prestigio pero unos prejuicios respecto a lo religioso de la altura del Tibidado: no se me ocurre nadie peor para dirigir una tesis así. Para hacer una con ese tema y con competencia, habría que ser un Carlos Pujol en su madurez para que tuviese visos de llegar a algo verdaderamente valioso.
Esto es lo que me ha tenido dudoso: Sánchez Costa es un joven escritor con buena pluma, aptitudes para la investigación y quizá con el tiempo madure en otro Carlos Pujol. Espero que así sea. Pero no me hace gracia machacar su libro aquí. Yo lo que le recomendaría es que leyera a Flannery O'Connor, eso es lo que puedo aconsejarle.

Creo que es el libro que más me ha frustrado en mucho tiempo. Pensaba en dejar de leerlo pero seguía, me cabreaba cada dos páginas y a punto de tirar el libro por la ventana, encontraba algo que salvar tres páginas después.
Por ejemplo, de la recepción de Newman en España (178-9) dice que no existió contemporáneamente porque los españoles del XIX o eran cerriles católicos o paganazos anticatólicos, pero a continuación deja caer que Balmes predijo su conversión en un artículo dos años antes (pero es que Balmes "es mal"). Luego explica que Asín Palacios lo leía con asiduidad y se centra en Antonio Marichalar (estudiado por el director de la tesis, ah), que lo comenta en 1933 y cumple los requisitos del resurgimiento católico en España que está buscando. Y entonces te preguntas si está buscando una realidad o el "criterio historiográfico" prima sobre la investigación.

Hay un problema de base: hablar de Resurgimiento católico vale para Inglaterra, donde el catolicismo había sido masacrado durante siglos. En Francia se puede plantear legítimamente la cuestión. Pero en España entre 1890 y 1945 es una temeridad. El hecho es que acaba citando a gente de lo más curioso: el propio Marichalar, el extrañísimo Bergamín y dos más. Antes, se centra en Unamuno («el principal vocero de la fe cristiana en la Edad de Plata de la cultura española» 258 -me preguntó qué diría Unamuno de esta frase) y Joan Maragall. Y acaba con Maeztu y lo que llama la tentación fascista en Giménez Caballero. Eso es el resultado, la "tesis" del libro, esos nombres que no sirven para montar todo ese tenderete. Si eso es el resurgimiento católico en España, que me borren de él. Pero claro, yo soy un cerril y no he descubierto la nueva religiosidad que gustaría a Ródenas.

Otro ejemplo: empieza a estudiar la recepción de Chesterton en España (muy bien), en Maeztu y Unamuno, Alfonso Reyes, Azaña, en la revista Cruz y Raya. Pero acaba en Borges y en sus tontadas, que cita con aprobación.

El propio Sánchez Costa ha creado una web en la que cuelga 50 textos pertinentes. Es excelente por ejemplo uno en el que Evelyn Waugh defiende su conversión.

2 comentarios:

  1. A mí también me decepcionó mucho ese libro, por lo que señalas y por más cosas. (E. B.)

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  2. Gracias, Angel. Ese título es una engañifla (Carlos, desde Vigo). Viva Evelyn!

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