lunes, 12 de enero de 2015

De vuelta

Ya dije hace años lo que tenía que decir sobre el cansino tema de los jóvenes salvapatrias (y lo expliqué). No pensaba hablar ahora de mis -ay- colegas de pomada universitaria, que están en boca de todos como los que pueden no sé qué, pero ayer Laudator temporis acti recogía esta carta de John Jay Chapman al maestro de sus hijos y me acordé de ellos:
¿De verdad piensa que si tuviera ideas sobre la cuestión de padres e hijos las iba a malgastar con usted? Justo ahora me estoy comiendo una rebanada, mientras intento olvidar todo el asunto. ¿Abarca la educación de los jóvenes todos los ámbitos de la vida? Odio a los jóvenes: estoy agotado de ellos. Te absorben y te dejan seco y son vampiros y brutos egoístas en el mejor de los casos. Deme algunos caballeros de club bañados en ron -que no pueden ser mejorados y no hacen proclamas morales- y déjeme jugar a las damas con ellos y mirar desde la ventana del club y pensar sobre lo que tendré para cenar.

1 comentario:

  1. Dar clases, en primaria, secundaria o universidad, es muy cansado, pero sólo lo entienden los que las dan. La carta tiene muchos años, creo, así que todo viene de lejos. Sobre tu pose de reaccionario, te ayuda mucho, a ti y casi estoy seguro de que también a los que no están de acuerdo siempre contigo, tu sentido del humor, que es imprescindible, a mi edad me doy cuenta.

    Un abrazo

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