sábado, 29 de noviembre de 2014

Odisea 23

23.26 Euriclea a Penélope: «mi niña querida». Conversación entra las dos: penetración psicológica entre la esperanza y el amor. 23.32 Salta de gozo al oír que el mendigo es Ulises.

23.97 Se niega a aceptar a Ulises sin más. Telémaco reacciona llamándola μῆτερ ἐμή, δύσμητερ («madre mía, mala madre»).

23-85-95 Encuentro primero de Ulises y Penélope: el deseo y el miedo 23.111 Ulises se sonríe ante la desconfianza de Penélope, que ha hablado de señales secretas entre los dos.

23.150 Montan una representación, como si estuvieran de fiesta. La gente que pasa por fuera dice:
Ya un galán de los muchos que tuvo casó con la reina,
bien seguro: ¡mezquina, no supo salvar su gran casa
esperando hasta el fin que volviera su esposo primero.
23.174 La realidad es que Penélope está probando de nuevo a Ulises como marido: la clave del reconocimiento es el tálamo que comparten.

23.205 Y llega la anagnórisis: «en ella quebró el corazón». Le flaquean las rodillas (¿Safo?). Rompen en llanto.

23.212 Gozar de la flor de la vida hasta entrar en la vejez.

23.231-233 Afán de gemir y llorar. Abrazos. «Como el náufrago que vuelve a su casa».

23.244 La Aurora, retenida.

23.300-305 Contarse sus vidas. 23.308-309 No les puede el sueño.

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