Al enterarme entonces, le escribí. Esto es lo que me contestó (le acababan de hacer -creo- una una tremenda primera operación en la cabeza):
Gracias Ángel. He pasado la primera prueba, la operación de los olvidos. Gracias a Dios bien. Escribo lento, pero más remecido. Ahora estoy con las quimiovitaminas y la semana próxima con radioterapia.Era así: elegante, agradecido, de enorme categoría humana y piedad.
Estoy bastante impactado por el cariño. Y el Señor ayuda en cada momento. Un abrazo fuerte.
[Aquí un gran texto de A. J. Mencía sobre él]
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