viernes, 15 de junio de 2012

Recapturar -arriba- la luz

Orestes, en la tragedia homónima de Eurípides (292), se plantea lo que hubiera dicho su padre muerto: que  ni merecía la pena que le vengara, porque tampoco iba a conseguir con ello volver a estar vivo:
εἰ μήτ᾽ ἐκεῖνος ἀναλαβεῖν ἔμελλε φῶς,
ἐγὠ θ᾽ ὁ τλήμων τοιάδ᾽ ἐμπλήσειν κακά
si ni aquel capturar iba la luz
y yo, desgraciado iba a tales cumplir males [traducción literal en el peor sentido]
ἀναλαβεῖν hacia-arriba [aná] - coger [labéin]
φῶς fôs [luz]

Es fascinante esa tragedia porque lleva a término la última vuelta de tuerca (después de la Orestía de Esquilo y la 'insultante' -pero cf. Simone Weil- Electra de Sófocles) al sentido de la venganza familiar en la Atenas en crisis de finales del siglo V: se pasan la obra poniendo de vuelta y media a Apolo por haber aconsejado a Orestes vengar a su padre matando a su madre (que previamente había matado a su marido).
Aquí está un argumento utilitarista («si es que ni merece la pena»), soltado como de pasada. La cosa se retuerce tanto en el desarrollo de la obra que el final el Apolo que aparece in extremis como deus ex machina es la única salida y a la vez una parodia: demoledor.
Eurípides es muy grande. Y esta tragedia era la favorita de los griegos antiguos.

Pero yo solo quería fijarme en ese «recuperar la luz» (=volver a la vida) que es subir, como aquel tipo de la caverna de Platón, como los muertos que se arremolinan alrededor de la sangre de las ovejas que ha matado Ulises en la Odisea (canto 11).

2 comentarios:

  1. Hola...

    Hace tiempo colgaste una crítica de la primera página de "El sueño del celta", pero imagino que la has borrado.

    ¿Tienes aún aquellas acotaciones? ¿Me las podrías mandar? No veo tu dirección de correo electrónico.

    Un saludo.

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  2. Mis datos están en la pestaña de arriba que pone "Sobre mí". Ahí está mi correo: angelrui[aquí la arroba]gmail.com.

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