Es el día que mi padre cumplía años. Y ayer abrí un libro que tengo pensado leerme y que me traje de Burgos: Escultura barroca castellana, de Juan José Martín González, la máxima autoridad en la materia (un amigo me contó que le llevó unas diapositivas, las miró un segundo al trasluz -esas imágenes enanas- y le hizo unos comentarios tremendamente penetrantes); allí me encontré esta dedicatoria (contexto aquí):
[Para don Angel Ruiz, con cuya preocupación por las cosas del arte se están pudiendo descubrir datos muy importantes para la historia artística burgalesa, cordialmente. Juan José Martín 10-VI-71]
Y hace unos días me devolvieron un libro que me había dado mi padre hace un montón de años y que yo había dejado casi hace tantos, sobre lengua ibérica (el tema no me interesa nada, pero el autor creo que conocía a mi padre, por eso lo tendría). Allí, su letra de siempre:
Me voy a misa ahora, Ángel: la ofrezco también por él. "Maestro nacional": nuestras dos familias pertenecen al mismo cuerpo, un abrazo
ResponderEliminarSer maestro imprimía carácter, creo, en uno mismo y en su familia.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias a los dos. Sí, ser "maestro nacional" imprime un carácter particular, y en la familia.
ResponderEliminarQué emocionante esta entrada y su "contexto". Estas vidas ejemplares, como las de tu padre, son un ejemplo reconfortante. Gracias.
ResponderEliminarSe me ha puesto un nudo en la garganta al ver la letra de tu padre y ese "Maestro Nacional - Castrojeriz (Burgos)" bajo el nombre.
ResponderEliminarY qué bonito el reconocimiento: "con cuya preocupación por las cosas del arte se están pudiendo descubrir...".
Te le pareces mucho.
Gracias por esto, ARP. Preciosas las dos fotos de primeras páginas de libros...
ResponderEliminarNo solo influencia en el arte. Nos dejo la inquietud por aprender, y eso solo saben hacerlo muy pocos maestros y calidad humana dificil de encontrar. Un abrazo de, como el decía, la Eva y la rosa Mari...
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