miércoles, 9 de mayo de 2012

Chipirones

El fin de semana de san José estuvieron por aquí mi madre y dos de mis hermanas. (María Jesús se quedó en Burgos, donde pudo ver a su hija la corredora ganar otras dos pruebas; y de paso, que conste aquí que tiene la marca mínima de España de su edad).
Fuimos a Armenteira, a comprar jabones a las monjas para un proyecto de cooperativismo de los alumnos de Eva (líos de esos en los que le gusta meterse). Armenteira es románico cisterciense y a pesar de eso no llega a ser suficientemente pobre: se queda en cutrecillo en su simplismo. Pero los bosques sí que estaban a la altura de la leyenda de san Ero en éxtasis durante trescientos años.
Y paseamos por El Grove (feo, esculturas monstruosas de alcaldes peperos por todas partes) y conocí La Toja y vimos la iglesita de conchas donde se casó Rajoy (bastante fea era, más gracia tenían las gordísimas señoras que vendían collares) y pasamos delante del Gran Hotel, un gran sitio para jugar a la sofisticación decadente.
Hacía un sol suave y nos sentamos y compramos barquillos, que nos comimos con grandísimo gusto ante una gaviota gordota.

La noche del día que se iban a volver, Marga descubrió que su coche tenía una rueda pinchada. Yo me desperté a las 7 de la mañana desvelado, pensando cómo iba a saber cambiar la rueda: no hizo falta, que en Mapfre se encargaron; Dios les bendiga, uff.
Como era san José -fiesta local solo en Santiago, menos mal-, pudimos ir a un taller abierto en Padrón . Yo me subí con el de la grúa, que me contó las penas por las que pasan los autónomos; hay crisis hasta de accidentes; y luego, de los accidentados han subido los que no habían pagado el seguro. Miras a todos lados y en todos se ve la crisis. Yo rajé de los -nosotros- funcionarios, los niños bonitos del sistema.

Chipirones, iba diciendo mi madre en momentos estratégicos, dejándolo caer: y en la Bodeguilla los comimos (que estuvimos allí tres veces: qué familia más conservadora, yendo a lo seguro, sin buscar aventuras).

4 comentarios:

  1. Quizá fue la decepción, pero yo oigo 'cisterciense' y me espero mucho más; algo así quería explicar de la impresión que me dio Armenteira.

    ResponderEliminar
  2. en cuestión de guestos no hay nada escrito.
    Pero la historia sí lo está, y las esculturas 1º son bajo gobiernos de alcaldes de todos los signos. y 2º no son de alcaldes, son de escultores algunos de ellos gallegos.

    ResponderEliminar
  3. No sé qué alcaldes han puesto las esculturas -feas sin excepción- en El Grove: puse lo de 'peperos' porque muchos alcaldes del PP (siguiendo, creo, al de Oviedo), se hicieron muy partidarios de llenar las calles de esculturas. Pero no tengo ninguna duda de que los alcaldes de otros partidos tengan el mismo mal gusto o peor.

    El hecho de que algunos de los escultores sean gallegos me es indiferente.

    ResponderEliminar