jueves, 21 de julio de 2011

Cuentos completos de Evelyn Waugh

Han publicado la traducción de los Cuentos Completos en RBA y los he disfrutado mucho: unos cuantos ya los había leído, pero como siempre con Waugh, mejoran en la relectura. Y de los otros, aunque alguno pueda ser más flojo, todos se leen con interés.
El primero, el más antiguo y el peor -esa manía del orden cronológico-, con toda su inmadurez y un vanguardismo que luego por suerte se quitó, tiene al menos una página muy lograda de parodia del decadentismo cerdete con excusa cultoide en el mundo clásico: hay cristianos que arden a modo de antorchas, un Petronio decadente hasta el ridículo y esclavos alrededor, suelos de mármol «de Alma-Tadema» y esclavas devoradas por un puma.
En la relectura descubrí que «La fiesta que dio Bella Fleace» es en el fondo un relato sobre el fin del dominio de Gran Bretaña sobre Irlanda: y me sentí muy contento de descubrirlo.
Y en otro el heredero de un rancio linaje llega por primera vez a la National Gallery y «después de la Muerte de san Pedro Mártir de Bellini, ya no quiso ver nada más» (p. 73): me ganó completamente.
Y hay un cuento muy gracioso de una jovencita tonta en un crucero: «hicimos escala en Nápoles y Bertie nos obligó a ver iglesias y luego visitamos esa parte que se quedó hecha papilla en un terremoto y al pobre perro que murió y le hicieron un molde de escayola, válgame Dios» (p. 151).
Está el relato que dio origen a Un puñado de polvo y también la versión suave del final que le pidieron para sustituir a la original, uno de los finales de novelas más tremendos de la historia.
Y el mejor relato: Tiempos escolares de Charles Ryder.
También está una novela corta, La Europa moderna de Scott King, sobre un profesor de latín que acaba empantanado en un país sospechosamente parecido a la España de los cuarenta.

5 comentarios:

  1. 'Incidente en Azanía' es, para mí, de los más divertidos.

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  2. Sí, es un cuento muy bueno: lo disfruté mucho también.

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  3. Y la introducción al tomo, de no recuerdo qué crítico, es un verdadero monumento a la vulgaridad.
    José Luis

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  4. Sí, José Luis: un tonto del bote el autor del prólogo, con ínfulas de listo y nada entre dos platos.

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  5. Estuve investigando, y lo peor es que el prólogo mereció un prestigioso premio (no recuerdo cuál).
    Yo creo que es una broma muy waughiana que sus cuentos completos vengan introducidos por semejante tonto del bote.
    José Luis

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