Yo me pregunto:
dos, ¿no será
uno menos uno?
*
No lo discuto:
uno no serán dos,
pero tampoco uno.
*
Uno no es ninguno,
dos es uno,
y tres, ¡a ver
qué es!
*
Y Espíritu Santo
¿por qué?:
¡Ah! No hay dos
sin tres.
Y esto es de otra parte del libro. Pero atención qué perspectivismo:
Cuando ya no esté,
recuerda tú mi cara,
la de aquella tarde
cuando me mirabas.
¡Perfecta teología trinitaria! Qué maravilla.
ResponderEliminarEl barbero hace una honda reverencia a Ángel Ruiz. Qué maravillas. La serie teológica es impecable. Y el poema de las miradas, qué grandes versos de amor. Gracias.
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