lunes, 14 de diciembre de 2009

Cartas de Antonio Machado

Gran edición la de Jordi Doménech de las cartas de Antonio Machado*: rigor, detalle, precisión. Admirable en todos los sentidos.
Y creo que he conseguido entender ahora algo mejor a Antonio Machado; después de las críticas que le hice por su visión de Castilla me había quedado como el escrúpulo de que le había tratado injustamente. Y tenía planteamientos que no me convencen nada, pero no tengo por qué hacer yo de policía moral; muchos aspectos de su vida son admirables y muchas de sus poesías también. Y creo que fue fundamentalmente una buena persona -una bellísima persona- y que quiso ser bueno. Y yo no le puedo pedir más.
Las cartas son interesantes; sobre todo me gustaron las que le escribió a Unamuno. En cambio las de Guiomar son muy dulzonas; da un poco de pudor leerlas pero por lo cursis que son.
De elegir una carta, pondría esta ya conocida a Unamuno sobre Leonor (p. 122):
La muerte de mi mujer dejó mi espíritu desgarrado. Mi mujer era una criatura angelical segada por la muerte cruelmente. Yo tenía adoración por ella; pero sobre el amor, está la piedad. Yo hubiera preferido mil veces morirme a verla morir, hubiera dado mil vidas por la suya. No creo que haya nada extraordinario en este sentimiento mío. Algo inmortal hay en nosotros que quisiera morir con lo que muere.Tal vez por esto viniera Dios al mundo. Pensando en esto, me consuelo algo. Tengo a veces esperanza. Una fe negativa es también absurda. Sin embargo, el golpe fue terrible y no creo haberme repuesto. Mientras luché a su lado contra lo irremediable me sostenía mi conciencia de sufrir mucho más que ella, pues ella, al fin, no pensó nunca en morirse y su enfermedad no era dolorosa. En fin, hoy vive en mí más que nunca y algunas veces creo firmemente que la he de recobrar. Paciencia y humildad

*Jordi Doménech (ed.), Antonio Machado. Epistolario, Barcelona, Octaedro, 2009, 978-84-8063-976-7
Y Doménech es el editor de Abel Martín, la mejor página web sobre Antonio Machado

2 comentarios:

  1. Una de las ventajas de ser profesor de secundaria (pese a todo) es la oportunidad de reencontrarse, año a año, con don Antonio. Esta misma mañana les hablaba a mis adolescentes de 4º de ESO sobre Leonor, y leíamos el olmo viejo, y la carta a Palacio, y otros poemas escritos entre el uno y el otro. Y qué emoción, año tras año, encontrarse con la emoción renovada de algunos jóvenes. Tu entrada ha puesto colofón al día machadiano. Fracias, pues.

    ResponderEliminar
  2. ¡Paciencia y humildad! Qué bueno, qué bueno. A mí, de Machado, los poemas que de verdad me fascinan son los que dedica a Leonor: "soñé que tú me llevabas..."

    ResponderEliminar