Estoy disfrutando mucho las Memorias de un biólogo heterodoxo de Valverde que recomendó Aurora. He llegado casi al final del primer tomo y creo que me voy a leer los siete, aunque no entienda ni papa de algunas cosas que cuenta sobre bichos.
Y cada poco pienso: ¿Y Antón lo habrá leído? Porque lo tendrá que disfrutar mucho: lo de los pájaros, las correrías por el campo, las anécdotas, hasta esos leísmos tan brutales que salen, tan de Valladolid. Y busco a ver en la Biblioteca de la Universidad Complutense, para que los saque de allí cuando vuelva y veo con horror que no lo tienen: ¡La Complu no tiene esos libros! En cambio en Santiago, sí, los siete.
Yo por ahora sólo quiero dejar aquí la palabra borratajo (significa más o menos garabato). La usábamos de pequeños; por poner un ejemplo:
¡Marga, no hagas borratajos en mi cuaderno, que se lo tengo que enseñar mañana a doña Encarna !
¿Bromeas? Citando a Aurora en su autocita de la entrada que enlazas, yo soy "de los del gremio"... Me trajeron los Reyes en 2007 los 7 tomos, y cayeron uno detrás de otro.
ResponderEliminarLo que ya me parece peor es que no recuerdes que ya por aquel entonces te recomendé vivamente que te leyeses al menos el primero, con el que creí (y no me equivocaba, por lo que veo) que ibas a enganchar. Atención: Los otros tomos creo que pueden ser por veces muy arduos para ti; pero si te bloqueas en algún capítulo sáltatelo y sigue, que merece la pena...
Antón, ya me parecía a mí que me quería sonar algo. Y me resultaba imposible que no lo hubieras leído.
ResponderEliminarY ya ves el caso que te hice entonces; creo que me quedé con la copla, pero se me olvidó. Ya me he acabado el primer tomo y ahora voy a por el segundo.
¿Aspiras a la Medalla de oro al merito de las Bellas artes?
ResponderEliminarBorrajatos... nosotros siempre dijimos borrajatos.
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