Ya que el Venturetto nos enviaba ayer a una serie de fotos de vigilantes rusas de museos voy a empezar (y esta serie sobre Praga va para largo) por la sección de pintura del siglo XIX de la Galería Nacional, en el monasterio de san Jorge*, que ahí es donde más tuve que padecer resabios del sistema soviético.
Fui el último día, a las cinco, que a esa hora la entrada valía la mitad**.
Y resultó que era el último y las vigilantes, vestidas como funcionarias de prisiones, me iban siguiendo; con la que tenía pinta de más débil me encaré para decirle que dejara de mirarme: es muy molesto mirar cuadros con alguien que no te desenfila vayas adonde vayas. A las seis menos cinco otra me quería echar ya y me planté y le dije que no. Pero daba igual, no entendían más que checo ninguna de las dos.
Y en el libro de firmas a la salida intenté explicarlo (en inglés) y parecía que padecía de manía persecutoria; lo que escribí fue: las guardianas me siguen y me quieren echar, así que no me atreví a firmar y puse sólo ARP, en vez de la dirección de este blog, que fue mi primera idea.
Y a pesar de todo, me alegro de haberlo visitado. No me sonaba ningún autor, pero siempre encuentra uno cosas hermosas en los museos de arte del siglo XIX, del neoclasicismo al romanticismo, la pintura histórica, los retratos, los paisajes, el realismo.
De Josef Mánes me gustó entre otros este retrato:
También estaban bien los cuadros de Antonín Chitussi o los de Jaroslav Čermák; o los de Václav Brožík, este retrato por ejemplo:
Fui el último día, a las cinco, que a esa hora la entrada valía la mitad**.
Y resultó que era el último y las vigilantes, vestidas como funcionarias de prisiones, me iban siguiendo; con la que tenía pinta de más débil me encaré para decirle que dejara de mirarme: es muy molesto mirar cuadros con alguien que no te desenfila vayas adonde vayas. A las seis menos cinco otra me quería echar ya y me planté y le dije que no. Pero daba igual, no entendían más que checo ninguna de las dos.
Y en el libro de firmas a la salida intenté explicarlo (en inglés) y parecía que padecía de manía persecutoria; lo que escribí fue: las guardianas me siguen y me quieren echar, así que no me atreví a firmar y puse sólo ARP, en vez de la dirección de este blog, que fue mi primera idea.
Y a pesar de todo, me alegro de haberlo visitado. No me sonaba ningún autor, pero siempre encuentra uno cosas hermosas en los museos de arte del siglo XIX, del neoclasicismo al romanticismo, la pintura histórica, los retratos, los paisajes, el realismo.
De Josef Mánes me gustó entre otros este retrato:
También estaban bien los cuadros de Antonín Chitussi o los de Jaroslav Čermák; o los de Václav Brožík, este retrato por ejemplo:
Y se puede hacer una visita virtual a varias salas del museo aquí, aquí y aquí. Y más cuadros aquí. Y muchos más, como siempre en flickr.
*Klášter sv. Jiří -me gustan mucho todos esos signos sobre las letras: los acentos indican vocal larga.
**La Galería Nacional es -para entendernos- como el Museo del Prado, pero en varias sedes: y en todas cobran y al final la broma sale por una pasta. Para sortear el problema en la medida de lo posible se puede comprar una entrada común para 3 secciones por 240 coronas (10 euros) que permite el acceso en dos días a la Galeria de arte Europeo -la mejor, ya hablaremos despacio de ella-, la de arte barroco de Bohemia -flojilla, pero en un palacio que merece la pena visitar- y en otro punto de la ciudad, la de arte medieval. Luego está esta, de pintura del XIX por 80 coronas (3 euros) de cuatro a seis de la tarde. En el mismo horario por 100 coronas (4 euros) se puede visitar la de arte contemporáneo. Si uno no tiene problema de pelas, pues se gasta las 1230 coronas (50 euros) en total y visita todas las exposiciones, que todas deben de tener algo. Yo me dediqué a decir en cada sitio que me parecían un timo esos precios, pero me miraban a la soviética-funcionarial y a otra cosa.
Al hilo de lo de las señoras que vigilan los museos post-soviéticos, leí hace tiempo que el gobierno contrataba a señoras mayores para ayudarles económicamente porque las pensiones de viudedad que tienen son bajísimas.
ResponderEliminarDe hecho, como dices, en los museos de la República Checa que vi cuando estuve hace años, había un vigilante prácticamente un par de vigilantes por sala.
De los precios, recuerdo que aparte de la entrada te cobraban un plus si querías hacer fotos dentro. Te daban una pegatina que te pegabas en el pecho, y aseguro que si sacabas una cámara y no llevabas la pegatina se ponían bastante... persuasivas.