miércoles, 24 de junio de 2009

Salir de casa

Están todos los castaños como llenos de estrellas (deben de ser flores, Antón nos enseñó las del liquidámbar, pero las del castaño no me las sé).
Fresquito, nubes, olor como de la Puerta del Monte de Castrojeriz que quizá sea de los castaños, todo tranquilo.
Hay una exposición de Tarsila de Amaral: como pensaba que iba a ser una basura me llevé la sorpresa de descubrir algunos dibujos bonitos, de Rodas, de Venecia, de Vitória (la de Brasil).
Hay música por las calles.
Y entonces, ¿por qué me voy a Madrid mañana? Voy a estar en una reunión muy interesante, voy a poder ver a amigos, me van a dejar cosas de Flannery, vamos a visitar la nueva ordenación del Reina Sofía, quizá podamos volver al Prado (me toca esta vez franceses, ingleses y quizá italianos).
Y yo, mientras, pensando en el calor que puede hacer allí del jueves al sábado.

3 comentarios:

  1. bah, no es para tanto, corre una brisilla que lo hace muy llevadero y las calles están llenas de castaños estrellados (supongo, que no vamos a ser menos, ahora me fijaré). Buen viaje.

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  2. Aquí también hay árboles. Y vientecico fresco. Madrid no es un páramo desértico donde sólo habiten zombis. Madrid está muy bien, oye. Aunque sí, el calor es lo peor, ahí estoy de acuerdo contigo.

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  3. Son flores, claro que sí. En concreto las masculinas, porque las femeninas son como una estrellita verde que sale del tallo un poco más atrás que las candelas.
    ¿Así que vienes sin avisar? Bueno, bienvenido seas igualmente :-)

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