De Sobrado a Toques, y a esperar el milagro de que estuviera abierta la iglesia de san Antolín (en gallego el nombre es más bonito: san Antoniño).
Y no, que me faltó fe y tampoco pusimos mucho esfuerzo en buscar al cura (como la otra vez, que sí pudimos ver el calvario románico del interior).
Y no importaba, que el sitio era muy mítico: paredes verdosas de humedad de una iglesia románica antiquísima, con ábside cuadrado y decoración casi prerrománica, de tan antigua. Tumbas alrededor y al fondo el río en la ladera llena de árboles.
Y no, que me faltó fe y tampoco pusimos mucho esfuerzo en buscar al cura (como la otra vez, que sí pudimos ver el calvario románico del interior).
Y no importaba, que el sitio era muy mítico: paredes verdosas de humedad de una iglesia románica antiquísima, con ábside cuadrado y decoración casi prerrománica, de tan antigua. Tumbas alrededor y al fondo el río en la ladera llena de árboles.
Y esta foto también es de Freecat.
Preguntamos a tres autóctonos y me fastidió que dieran respuestas directas, contra el tópico, así que no pude presumir de eso con los lusófonos. Yo les metía miedo con que estábamos en el culo del mundo y que si teníamos un accidente nos iban a comer los lobos, pero a dos brasileños y un angoleño aquellas carreteras no les recordaban precisamente a la selva ni a lugares apartados (cuestión de perspectiva).
Eres un Cunqueiro sabio de leyendas entre plebeyos de modernidad. Pero lo bueno es que lo goces tú, que de lo que reboses algo tomarán en prenda. Y si no, no merecen andar por la fraga con tan selecto guía.
ResponderEliminarYo es que estoy muy mayor, que si no te acompañaba.
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