martes, 6 de enero de 2009

A hombros de gigantes

Ayer vi a muchos niños a hombros de sus padres, pero me pareció que los más ilusionados de la cabalgata eran justamente ellos, los padres.
Mi teoría sobre los Reyes: no son dulces mentiras que los padres lanzan a los niños para que luego se den la primera bofetada con la realidad al descubrir el paripé, sino la única ocasión en la que se permite a los adultos jugar a que son niños (el carnaval es jugar a que son peores), pero totalmente en serio y con la excusa de que son los niños los que no saben.
Me alegró que el Alcalde recibiera a los Reyes Magos con toda solemnidad, con maceros: si jugamos a algo juguemos con total seriedad. Y más se merecen los Reyes los maceros que nadie.
Y a mí los Reyes me han regalado para que juegue al intelectual católico una suscripción a First things; y también otra a The Economist, para que juegue a analista político internacional.
Y jugaremos con gran seriedad, como debe ser.

9 comentarios:

  1. Um, qué bueno; eso juega, juega, y nosotros que lo veamos desde la grada.

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  2. Pues yo me ilusiono en la cabalgata porque veo a mis hijas pequeñas disfrutar con caritas embobadas y luminosas. Porque tener que soportar caramelazos en las gafas y empujones de la gente desesperada por coger caramelos (incluso en los años en los que no ha crisis) no me hace demasiada gracia...
    Dicho lo cual, en el fondo sí es cierto que todos somos un poco niños en la noche de Reyes. Y por mí, que no cambie.

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  3. Ahora es "En Compostela" y sin aviso. No pienses que nadie va a preguntar por el cambio. Yo el primero. Y de paso te digo que... hmm... sí, me gusta el cambio.

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  4. La cabalgata de Barcelona es horrible. Tan es así que creo que el único objetivo de la misma es que los niños sean republicanos.

    Pero republicanos malos (los republicanos buenos son las que no tienen monarquía porque saben que ninguno de ellos es el Rey y los republicanos malos son los que saben que odian al Rey).

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  5. Vaya, Juan Ignacio, te has dado cuenta. Nunca me convenció el título del blog, porque podía parecer que yo me erigía en portavoz de la ciudad; fue un título que elegí al azar y así se quedó; luego lo intenté aclarar en el subtítulo, pero al final prefiero cambiar el título.

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  6. Excelentes suscripciones ambas. De First Things, qué te voy a decir que no sepas, magnífica (por cierto, Fr. Neuhaus tiene cáncer, oremus pro eo). The Economist es liberal-liberal de verdad, y muchos artículos te enervarán (sobre todo en temas morales), pero tiene una calidad incuestionable. Lo mejor, que sólo publican las cartas al director que les ponen verdes. Periodismo de primera.

    Feliz año.

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  7. Sí, es así The Economist: la estuve leyendo este verano en Bratislava y me gustó mucho, a pesar de esos planteamientos de fondo, pero es que no hay nada mejor que elegir por ahí.

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  8. Me alegra que pensemos lo mismo respeco a los Reyes. ¡Creo que por enésima vez te voy a enlazaaaaaaar!

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