lunes, 4 de agosto de 2008

Solzhenitsyn

Descanse en paz. Le estoy muy agradecido; haber leído su obra, que le costó cárcel e incomprensión, ha sido un gran don.
Un día en la vida de Iván Denisovich lo leí con quince años: el final del libro me noqueó. Es un libro que me ha marcado para siempre.
Luego pasé por Archipiélago Gulag. Me impresionaron también mucho en estos últimos años Pabellón de cáncer y El último círculo: grandísimas novelas.

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